Dado que esta serie existe desde hace varios años, ya se ha dicho casi todo sobre las distintas regiones, y probablemente muchas cosas ya se han dicho varias veces. Por lo tanto, a continuación nos centraremos más en los productores, su desarrollo y su estilo de vino. Sólo se tendrán en cuenta los productores que hayan presentado vinos en los últimos meses, así que le rogamos que nos perdone si faltan muchos nombres conocidos. También presentaremos a otros productores, ya que pudimos degustar sus vinos actuales.
Siempre es sorprendente lo buenos que son los vinos vieneses, incluso los de los productores menos conocidos. La famosa cultura de Heurigen y las ventas bastante libres de problemas asociadas a ella no parecen tener un efecto negativo en absoluto en la calidad de los vinos, como ciertamente ocurre en otros lugares cuando una gran parte de la producción se sirve a los turistas. Los vinos producidos en la ciudad son, en la mayoría de los casos, extremadamente bebibles, pero no por ello son superficiales, superficialmente afrutados, dulzones o banales. Todo lo contrario. Como casi ninguna otra región vitivinícola, Viena logra el equilibrio entre la accesibilidad temprana y el carácter, el placer de beber sin complicaciones y finura; incluso los vinos básicos de aquí suelen tener ya clase. Con la todavía joven DAC Wiener Gemischter Satz, cuyos mejores representantes pueden figurar entre los vinos blancos más notables del país, la zona tiene también un valioso punto de venta único.