Aldi se ha convertido en el mayor minorista de vinos de Alemania por el principio comercial del precio más bajo. Alrededor del veinte por ciento de todos los vinos que se venden en Alemania pasan por el mostrador allí.
Justo detrás de la salida de Empoli de la ruidosa supercarretera Pisa-Firenze, acechan los agentes del Corpo Forestale delle Stato, fuertemente armados. Pero la policía forestal italiana no se ocupa de los infractores de tráfico, sino que controla a los camiones cisterna y a los transportistas de uva para poner coto a los falsificadores de vino. El comisario Luigi Bartolozzi suda bajo su boina bajo el calor del mediodía: "En la época de la vendimia, los falsificadores de vino consiguen uvas o vino de fuera, sobre todo si la cosecha es mala" Estos controles, rígidos para los estándares italianos, pretenden frenar el flujo incontrolado de vinos baratos procedentes del sur de Italia, que se vierten en las zonas vitivinícolas del norte.
2002 es una añada catastrófica en Italia, las semanas de lluvia provocaron grandes pérdidas de cosecha. Así pues, los precios de la uva, el mosto y el vino subirán y dificultarán la vida de los embotelladores que ya han suscrito contratos fijos de suministro con las empresas de descuento alemanas. Sólo les queda la opción de entregar con pérdidas, pagar las penalizaciones contractuales o "corregir los papeles", como se llama en Italia al proceso de falsificación del vino. Así pues, la añada 2002 será un gran año después de todo, pero sólo para los farsantes.