Finalmente, descubrió el vino. La experiencia con él le entusiasmó, se convirtió en un fanático del vino. Pero el mundo del vino seguía siendo analógico en aquella época. El medio de comunicación más moderno era el fax, porque el acceso a Internet para los particulares costaba una pequeña fortuna al mes. Toda la información se imprimía en papel: revistas, las primeras guías de vinos y libros sobre el tema. Pero el joven empresario digital ya no pensaba en términos de páginas impresas. Buscaba el intercambio con otros amantes del vino, se interesaba por las catas y los encuentros con otros maníacos del vino. En 1998, el acceso a Internet era asequible para todos, había navegadores y conexiones más o menos estables. Y entonces hizo lo que mejor sabía hacer: Diseñó y programó software. Utz reescribió una aplicación de Internet escrita con fines completamente distintos para convertirla en el primer foro alemán sobre el vino en muchas horas de trabajo nocturno. Se ha dado con el espíritu de la época: el número de inscripciones gratuitas se ha disparado literalmente.