La mayoría de los vinos italianos se siguen cerrando con tapones. Las alternativas como los tapones de rosca y de vidrio o incluso los tapones corona han sido, por desgracia, muy escasas hasta ahora, aunque han demostrado ser especialmente adecuadas. A continuación se describen brevemente los cierres más habituales y se comentan sus ventajas e inconvenientes. Hay que tener en cuenta que no sólo se refieren a su idoneidad como medio de cierre, sino que también incluyen factores como la aceptación del consumidor, los aspectos económicos y ecológicos, así como la facilidad de uso y manipulación. La presentación no pretende ser exhaustiva. No se incluyen variantes especialmente raras como el ProCork (un corcho natural cuyos extremos están cubiertos por una membrana que supuestamente impide la entrada de TCA) o los tapones sintéticos permeables al aire de las empresas Korked o Guala, por ejemplo.