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Las inusuales condiciones climáticas, los suelos volcánicos y las variedades de uva autóctonas del Etna dan lugar a vinos de gran elegancia y carácter. Las diferencias de un sitio a otro son a veces enormes y hacen que la zona de cultivo sea aún más interesante.

También se podría decir que el Etna es una "isla" dentro de una isla, ya que los suelos, el clima y los vinos difieren claramente del resto de Sicilia. La zona vitivinícola del Etna DOC se extiende desde el flanco norte del volcán hacia el este hasta el lado sur-suroeste y se envuelve alrededor de la montaña como un semicírculo; está abierta al oeste. La denominación se caracteriza por una marcada variabilidad del clima y de los suelos, que crean condiciones de cultivo diferentes según la pendiente y la altitud, de un viñedo a otro.

Las principales zonas de cultivo del Etna se encuentran en el norte y en el este, a una altitud de entre 300 y 900 metros. Ocasionalmente, los viñedos llegan hasta los 1.100 metros, pero la mayoría están plantados en pendientes medias y altas, entre 400 y 500 y 900 metros. Incluso los viñedos más altos se encuentran fuera de los límites de la DOC. Esta es una de las razones por las que varios vinos del Etna se comercializan como Sicilia DOC o Terre Siciliane IGT.

©Donnafugata

Suelos

Los suelos son de origen volcánico, formados por la acumulación periódica y posterior meteorización de diversos materiales ígneos como cenizas, arena, lapilli, piedra pómez o lava. Tienen una estructura suelta, son profundos y bien drenados y ricos en minerales. En su composición, los suelos pueden ser muy diferentes. Cada flujo de lava y cada explosión que ha expulsado ceniza, arena y fragmentos de roca de los cráteres han dejado su propia "huella" y forman un mosaico de suelo multifacético con diferentes propiedades físicas y químicas.

Contrade - denominaciones geográficas adicionales

Los diferentes suelos, junto con las dimensiones en su mayoría muy reducidas de los viñedos, dan lugar a una gran variedad de microzonas. Esto condujo inevitablemente al concepto de viñedo único, el llamado contrade, del que existen oficialmente 133. Desde 2011 se permite que estas denominaciones geográficas adicionales aparezcan en la etiqueta si las uvas proceden al 100% de un lugar reconocido.

Clima

El clima puede describirse generalmente como mediterráneo moderado. Sin embargo, puede variar mucho en función de la pendiente y la altitud y a veces incluso mostrar características alpinas. Son características las temperaturas estivales comparativamente moderadas, que rara vez alcanzan valores extremos, especialmente en las alturas de las laderas norte y este. Las marcadas diferencias de temperatura entre el día y la noche, que pueden alcanzar hasta 30 grados durante el periodo de crecimiento, son ventajosas para el aroma de las uvas, mientras que las noches frescas garantizan el mantenimiento de la acidez.

Las temperaturas medias son más bajas que en el resto de la isla. Especialmente en la vertiente norte, no es raro que desciendan por debajo de los cero grados en invierno y durante el periodo de brotación temprana. La precipitación media anual en el Etna es significativamente mayor que en el resto de Sicilia, y la mayor parte de las precipitaciones caen en otoño e invierno. Los meses de junio y julio son secos, pero a partir de mediados de agosto puede ser bastante lluvioso. La lluvia tampoco es infrecuente en la época de la cosecha, lo que a veces impide la maduración o provoca la putrefacción y la reducción de la calidad.

Dependiendo de la ubicación geográfica, las diferencias en el suministro de agua pueden ser considerables. Con 600 milímetros de precipitación al año, es más baja en las laderas sur y suroeste del volcán, mucho más alta en el norte y más alta en el flanco oriental, que se encuentra directamente sobre el mar, con 1.200 milímetros. Aquí, la influencia moderadora de la brisa marina también provoca una brotación temprana, temperaturas estivales moderadas y una maduración temprana de la uva según los estándares del Etna.

Variedades de uva

Los viñedos del Etna están plantados con cuatro variedades de uva autóctonas, dos blancas y dos tintas. Entre los blancos, predomina la variedad Carricante, de maduración tardía, que ahora se cultiva casi exclusivamente en el Etna. El Etna Bianco DOC contiene al menos un 60 u 80 por ciento de Carricante, dependiendo de su tipología. En el futuro, Carricante también podrá producir vino espumoso DOC fermentado en botella. El Carricante se complementa con la variedad Cataratto, que se cultiva en toda la isla y está más extendida en la provincia de Trapani, en el oeste de Sicilia.

Donnafugata

Entre los tintos, el Nerello Mascalese desempeña el papel principal; debe estar representado con al menos un 80% en el Etna Rosso, pero puede completarse proporcionalmente con el Nerello Cappuccio. El Nerello Cappuccio aporta principalmente el color al vino y sólo en raras ocasiones se embotella monovarietal.

El Nerello Mascalese produce vinos de color claro, finos y transparentes, con taninos pronunciados y, en el mejor de los casos, sedosos. Sólo en el Etna se pueden hacer grandes vinos con esta variedad; plantada en otros lugares, tiende a ser intrascendente. Por su elegancia, finura, transparencia y profundidad, así como por sus taninos característicos, el Nerello Mascalese del Etna se compara a menudo con el Nebbiolo y el Pinot Noir.

Las principales zonas de cultivo del Etna están en el norte y en el este. Casi la mitad de la viticultura se concentra en el flanco norte, entre las localidades de Randazzo y Castiglione Sicilia, donde se cultiva predominantemente el Nerello Mascalese. Sólo en los últimos años se han plantado aquí cada vez más cepas de Carricante. En cambio, la variedad blanca domina la empinada ladera oriental, donde las mejores uvas crecen en los sitios altos y producen vinos que se caracterizan por su frescura, finura y su longevidad.

La vendimia comienza mucho más tarde en el Etna que en las demás regiones productoras de Sicilia. Comienza en septiembre con las uvas Nerello Mascalese para los vinos base de los espumosos y se prolonga hasta finales de octubre, a veces incluso hasta noviembre en las zonas más altas, cuando ya caen las primeras nieves. La recogida de la uva Carricante dura desde finales de septiembre hasta mediados de octubre, y la del Nerello Cappuccio y el Nerello Mascalese para los vinos tintos comienza en la primera mitad de octubre. En los viñedos altos del norte, la cosecha no sólo se retrasa en comparación con los lugares más bajos y cálidos. Debido a la menor duración del sol y al clima más duro, toda la temporada de cultivo se retrasa, lo que da lugar a vinos con un carácter completamente diferente.

Métodos de cultivo

©Consorzio Etna

En las laderas, en su mayoría empinadas, se cultiva la vid desde la antigüedad, sobre todo en las características terrazas delimitadas por muros de piedra seca hechos de roca de lava, formando un paisaje único y fascinante con antiguas granjas, casas de prensado de vino (palmenti) y villas patricias.

El método clásico de emparrado en el Etna es el emparrado alberello (también llamado poda en vaso o en árbol). Las vides se plantan en postes gruesos y bajos de madera de castaño en un suelo volcánico de color gris negro en la ladera empinada o en pequeñas parcelas entre muros de piedra seca, escalones de piedra y pasarelas de ladrillo, el llamado "rasule", que conectan las terrazas individuales. El cultivo del suelo sólo es posible a mano; sólo en las parcelas algo más grandes y de fácil acceso es posible el cultivo mecánico, en el mejor de los casos con máquinas muy pequeñas.

Muchos viñedos antiguos siguen teniendo vides hoy en día de pie franco. Además, en los viñedos tradicionales sigue siendo habitual que en un mismo viñedo se mezclen diferentes variedades de uva blanca y, a veces, también de tinta. En los viñedos recién plantados, se utilizan cada vez más las espalderas de alambre de fácil cuidado y las vides se conducen en cordón con poda de cono. Todo ello hace del Etna un paisaje de gran diversidad y valor histórico-cultural.

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