Como muchos turistas, compré este vino en la tienda del pueblo de Scherwiller, sin más, sin ningún conocimiento especial, ni de la bodega ni del vino. Estaba pensado como aperitivo en nuestro actual viaje a Alsacia. En este viaje por Alsacia, no se trataba tanto de los vinos especiales (¡también los disfrutamos por la noche!) como de la cultura, el paisaje y, por supuesto, especialmente los viñedos (los paisajes), a lo largo de los más de 100 kilómetros de carretera del vino que atraviesa Alsacia. Informaré de ello en mi columna en www.wein-plus.eu. Aquí sólo se trata de este Riesling como "imagen" casual del "Vin d'Alsace", la denominación de origen común de los vinos de Alsacia sin sitio específico. La "imagen" puede existir, puede mantenerse, incluso en competencia con los famosos Rieslings alemanes. Es mineral (al menos más mineral que la mayoría de los Rieslings que conozco), decididamente seco, redondo, sin florituras, picante y fresco. Los amantes del Riesling se preguntarán: ¿Y qué? Muchos buenos Rieslings secos son así, ¡nada fuera de lo común! Pero, quiero decir, todos los Rieslings de Alsacia que acabo de probar son sistemáticamente diferentes de los de "ennet dem Rhin", de Alemania 
¿Por qué? ¿Qué diferencia hay? Es bastante difícil -sin una mayor experiencia- ponerlo en palabras. Es sobre todo la mineralidad la que destaca incluso en un Riesling sencillo -como éste-: pétreo, uno está tentado de decir, rocoso, pero no anguloso, también ligeramente salado, almacenando calor, aparentemente como uno se imagina que saben las piedras -que no se pueden comer, y mucho menos beber-. Casi nadie ha chupado piedras y, desde luego, no ha percibido "aromas de piedra". Y sin embargo, la gente habla de la mineralidad todo el tiempo, especialmente con los Riesling alsacianos. No soy una excepción: además, percibo algo así como tila, membrillo, alcaravea y anís, como tópicos que acuden a mi nariz, paladar y mente con algunas de las interpretaciones sensoriales. Quizás el paisaje, la naturaleza con todos los olores y aromas y todas las experiencias se mezclan con este "otro" vino, tanto que ya no puedo separar las impresiones entre sí. Sin embargo, creo que puedo conformarme con el único término: Armonía. El vino es tan armonioso que realmente crees que sólo podría haber salido de las viñas de este paisaje, de este suelo, de este sitio. El ramo se pierde en el paisaje y el paisaje en el ramo, en su mayoría suave y expansivo, pero a menudo escarpado y apretado. Por lo tanto, este "simple" Riesling está probablemente muy lejos de lo que pueden ofrecer los Grand Crus