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Paolo Storchi Debido al cambio climático, los expertos recomiendan cambiar a variedades de uva más resistentes al calor para toda la región del sur del Mediterráneo. Pero, ¿qué significa esto para una región productora como la Toscana, caracterizada por las variedades tradicionales? Markus Blaser habló de ello con el agrónomo Paolo Storchi. Investiga en el Instituto CREA de Viticultura y Enología de Arezzo y es miembro de la Academia Agrícola Georgofilide Florencia.

¿Tendrán pronto los viticultores del sur del Mediterráneo que plantar variedades de uva resistentes al calor debido al cambio climático?

Storchi: Las variedades de uva del sur del Mediterráneo son bastante tolerantes al calor, y un poco más al norte, la viticultura está sufriendo más el cambio climático. Pero además del aumento de la temperatura, estamos registrando una distribución diferente de las precipitaciones en comparación con el pasado. Por ello, la agricultura se está desplazando a zonas más altas o más septentrionales, donde las temperaturas son algo más frescas. Las variedades de uva del sur emigrarán al norte.

¿Qué significa esto para la viticultura en Italia?

Storchi: La tendencia podría ser plantar variedades de uva mejor adaptadas a los ambientes cálidos. La variedad Montepulciano, por ejemplo, prospera magníficamente en el sur, pero también podría extenderse hacia el norte. Sin embargo, resulta problemático sobre todo para las zonas de cultivo con denominación de origen controlada y tipologías de vino definidas. Las normas de producción que se aplican allí han prohibido hasta ahora la utilización de otras variedades de uva. Hace unos años experimentamos con Nero d'Avola de Sicilia: De hecho, esta variedad da buenos resultados en la Toscana. Pero como no es una variedad tradicional de la región, apenas la cultivan las bodegas. El cambio de variedades de uva es más difícil en la viticultura europea que en Australia o California, por ejemplo, donde la normativa es menos estricta.

Sin embargo, en Bolgheri ya se habla de sustituir el Cabernet Sauvignon y el Merlot por el Cabernet Franc.

Storchi: El Cabernet Franc ya se cultiva allí. De hecho, el Merlot tiene actualmente problemas en la costa toscana porque madura pronto y reacciona muy sensiblemente al calor. Sin embargo, el Cabernet Sauvignon se muestra extremadamente estable y adaptable a las influencias ambientales. Por eso es una variedad de uva muy común a nivel internacional: produce resultados bastante similares dondequiera que se cultive. Las diferencias con el Cabernet Franc son más bien escasas, pero mucho más con el Sangiovese, que reacciona de forma extrema a las condiciones ambientales. Por eso su cultivo sólo es prometedor en algunas zonas. Esto también se aplica al Nebbiolo en el Piamonte: fuera de su región de origen, se adapta mal.

Al igual que el Sangiovese, el Nebbiolo se adapta mal fuera de su zona de origen.

El Sangiovese marca el carácter de la viticultura toscana.

Storchi: Reemplazarla allí sería muy difícil, también desde el punto de vista de la investigación. Por eso no pensamos tanto en cambiar las variedades, sino en experimentar con portainjertos que puedan soportar mejor el estrés de la sequía. Si las raíces pueden absorber más agua, el calor se tolera mejor. Los portainjertos utilizados hoy en día fueron seleccionados hace 100 años y ya no son adecuados para la situación actual. La Universidad de Milán ha proporcionado recientemente cuatro nuevos portainjertos, pero todavía estamos en los inicios y deberíamos aumentar la investigación en este campo. Como los portainjertos no se ven afectados por las restricciones de las regiones de cultivo, pueden intercambiarse sin tener que tirar la lista de variedades por la borda. Sin embargo, hoy en día investigamos sobre todo las variedades de uva resistentes a las enfermedades. Pero éstas tienden a madurar pronto, por lo que corremos el riesgo de tener que cosechar las uvas ya a principios de agosto. Por lo tanto, nuestro objetivo al modificar genéticamente las variedades de uva es retrasar su crecimiento para que las uvas no maduren en el periodo más caluroso.

¿Hay ya primeros resultados para Sangiovese u otras variedades?

Storchi: La diferencia entre los clones de Sangiovese de maduración temprana y tardía es como máximo de una semana. Así que no podemos esperar mucho de la selección de clones para el Sangiovese, pero el Colorino podría ser una posibilidad. Además, podemos recuperar y mejorar el germoplasma de las variedades antiguas, menos apreciadas, pero especialmente de maduración tardía. La Gralima, por ejemplo, se ha inscrito recientemente en el registro nacional de variedades de uva. Antiguamente se conocía como "Lacrima di Val d'Arno" (Lágrima del Valle del Arno) y madura hacia finales de octubre, muy tarde. Por lo tanto, podría ser bastante interesante para un proceso de maduración más equilibrado. Sin embargo, al igual que la selección de clones, la detección de estas variedades es una investigación a largo plazo.

¿Cómo pueden los viticultores adaptarse mejor al cambio climático a corto plazo?

Storchi: Pueden cambiar sus métodos de cultivo y, por ejemplo, exponer menos las uvas a la luz solar directa. También pueden proteger las hojas de la evaporación excesiva tratándolas con caolín natural, por ejemplo. La poda tardía en invierno también puede retrasar el ciclo vegetativo completo unos días y, por tanto, retrasar la maduración. A medio plazo, deberíamos plantar viñedos con una densidad ligeramente inferior a la anterior: Si damos más espacio a las vides, les facilitamos la absorción de agua a través de las raíces. Los mayores problemas a los que se enfrenta la viticultura son el cambio climático y la sostenibilidad. Estos dos temas nos mantendrán ocupados en la investigación durante los próximos diez o veinte años.

Más sobre el tema

Markus Blaser trabaja como periodista e historiador independiente en Florencia. El suizo escribió para "Merum" hasta 2016 y publica sobre el trasfondo económico, político, cultural e histórico del vino y el aceite de oliva en Italia.

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