Un mito suele crearse en retrospectiva. Entonces, cuando la historia se cuenta, concluye y su magnificencia sólo puede captarse y comprenderse adecuadamente. Pero como ocurre con las normas: también tienen excepciones. Angelo Gaja es uno de ellos. Porque ya se ha convertido en un mito en vida. Uno que propició cambios cuyo alcance no sólo modificó el patrimonio de su familia, sino todo el sector vitivinícola del Piamonte. Porque se dio cuenta de que emular a un modelo no es debilidad. Más bien, lo más sensato es aprender de las experiencias de los demás, utilizar sus ideas y ponerlas en práctica a nuestra manera. Y así, ya en los años sesenta, Angelo empezó a criar sus viñas en marcos de alambre según el modelo francés. Confiaba en los bajos rendimientos y en una meticulosa selección de clones. También cambió los momentos decisivos de la bodega, introdujo el control de la temperatura durante la fermentación y también el envejecimiento de todos los vinos en barricas nuevas. Lo que siguió fue una protesta en toda la región, porque todo esto no se ajustaba a la tradición vitivinícola piamontesa. Pero el éxito dio la razón a Angelo Gaja, porque los vinos base únicos de la bodega se encuentran entre la élite de Italia. Incluso en todo el mundo del vino.
Es extraordinario ser testigo de cómo una bodega fundada hace más de 150 años puede experimentar una transformación tan increíble a lo largo de una sola generación. Un cambio cuya base está en Barbaresco, en un pequeño municipio de la provincia de Cuneo, y que se ha convertido en una bodega con más de 100 hectáreas de viñedos. Se encuentran sin excepción en los mejores y más selectos parajes de las zonas piamontesas de Barbaresco, Treiso, Barolo, Alba, La Morra, Montalcino y Bolgheri. Mirando al espejo del viñedo, la exigente variedad de uva Nebbiolo encabeza el polifacético caleidoscopio de uvas. Está predestinado para el subsuelo de arcilla y piedra caliza que caracteriza la región. Pero Barbera, Cabernet Sauvignon, Chardonnay y Sauvignon blanc también prosperan bajo la atenta mirada del equipo del viñedo para producir uvas excelentes y de altísima calidad. Refinamiento, diversidad y creatividad: estos son los atributos que ennoblecen a la bodega tradicional, por lo que no es de extrañar que estas fuerzas elementales fluyan en las aproximadamente 350.000 botellas que se embotellan anualmente.
Cabe señalar de paso que la familia Gaja posee -además de la bodega madre del mismo nombre en Piamonte- otras dos bodegas igualmente renombradas: Pieve di Santa Restituta en la región de Brunello y Ca' Marcanda en Bolgheri. En el futuro, las tres bodegas serán gestionadas por los tres hijos de Angelo Gaia: Gaia, Rossana y el recién llegado Giovanni. Este trío de amantes del vino encarna la quinta generación de una de las familias vinícolas más importantes del mundo, que nunca ha perdido de vista lo esencial a pesar de todos sus éxitos. Así lo demuestra también uno de los vinos favoritos de la embajadora de la familia Gaia Gaja. Es uno de los buques insignia de la casa: el Barbaresco. Su favorito es la cosecha de 1989, que le recuerda todos los olores especiales de su tierra natal. De la especia de la tierra, que hizo posible el mito en primer lugar y aún hoy lo alimenta con toda su originalidad.
Le invitamos cordialmente a conocer esta gran bodega con 2020 celebridades en nuestras catas en línea wein.plus:club en febrero. Las plazas disponibles para B2B y consumidores finales son muy limitadas.
Puede adquirir el vino destacado en los siguientes distribuidores.