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¿Dónde poner el vino viejo?
Básicamente, sólo hay una forma de saber si un vino añejo todavía se puede beber: abrir la botella y probarlo. Quien no quiera hacerlo -por la razón que sea- puede intentar vender el vino a un aficionado o comerciante o regalarlo.
Que un vino añejo se considere "viejo" es una cuestión de tipo o de identidad. Un simple vino blanco ya es relativamente viejo después de cinco años, mientras que un vino tinto de alta calidad puede madurar durante 20 o más años sin ser realmente "viejo". Un experto (comerciante especializado, sumiller, experto en vinos, crítico) ya puede estimar aproximadamente la probabilidad de que un vino maduro sea todavía bebible o no basándose en ciertos indicios como la añada, el nivel de calidad, el origen, la variedad de uva y el productor.
Un punto extremadamente importante es el almacenamiento del vino. Si sabe, e incluso puede documentar, dónde y cómo se almacenó el vino durante su periodo de maduración, tendrá muchas más posibilidades de venderlo, ya que podrá hacer una afirmación más fiable sobre su potabilidad probable. El almacenamiento óptimo es en una habitación oscura (bodega) con una temperatura constante de diez a doce grados y una humedad relativamente alta.
Lo más fácil es ofrecer las botellas de vino "viejas" que se quieren vender en internet, por ejemplo en ebay, con toda la información posible y con fotos informativas. Otra posibilidad es pedir primero consejo a un comerciante especializado en rarezas, que también puede aceptar la mercancía; pero para ello, los vinos deben ser realmente de alta calidad, estar bien madurados y almacenados de forma óptima, y debe demostrarse su originalidad.