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¿Qué vinos cierran con tapones corona?
La forma de sellar una botella de vino influye en la maduración y la vida útil del vino después del embotellado. El factor decisivo es la cantidad de aire (y, por tanto, de oxígeno, que reacciona con las sustancias aromáticas sensibles del vino) que puede penetrar en la botella a través del cierre. Cuanto más se exponga el vino al oxígeno, más rápido madurará o, en el caso negativo, degenerará.
El tapón corona es un cierre poco convencional para las botellas de vino, pero absolutamente funcional. Es completamente hermético y -como muestra claramente el ejemplo de la cerveza- también es adecuado para las bebidas carbonatadas. En la producción de vinos espumosos mediante el proceso clásico de fermentación en botella, las botellas suelen cerrarse con un tapón corona después de añadir la dosis de llenado para la segunda fermentación, sobre todo porque éste también puede retirarse rápidamente a máquina durante el degüelle. Los tapones corona son extremadamente duraderos y ofrecen una protección del cien por cien contra la contaminación del corcho.
Dado que cada vez hay más conciencia científica de que el aire que queda en la botella tras el embotellado es suficiente para la posterior maduración del vino, los tapones corona también son adecuados para los vinos que necesitan maduración sin dudarlo. Los productores que cierran sus vinos con tapones corona (como, por ejemplo, la bodega Querbach, en el Rheingau ) pueden distinguirse en cierto modo por ello. Sin embargo, este tipo de cierre no tiene una gran reputación entre el vino debido a la asociación con otras bebidas más baratas.