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¿Cuándo se decanta el vino?
Básicamente, decantar significa añadir más oxígeno a un vino transfiriéndolo de la botella a otro recipiente (una jarra especial). El oxígeno descompone los aromas del vino: Cuanto más aire recibe el vino, más intenso y complejo se vuelve su aroma y más pleno, complejo y redondo su sabor. En este contexto, sin embargo, hay que distinguir entre jarrear y decantación.
Si sólo se trata de"airear"el vino, se habla de "decantación" jarrear. En primer lugar, el vino entra en contacto con el oxígeno durante la decantación y, en segundo lugar, dispone de una mayor superficie en el decantador sobre la que puede depositarse el oxígeno. Las garrafas que sirven para este fin son muy anchas en la parte inferior y se estrechan bruscamente hacia la parte superior; su aspecto recuerda en cierto modo a los palos de hielo (el material deportivo). Los vinos tintos fuertes y jóvenes y los vinos blancos con mucho extracto, mucha mineralidad y/o mucho tanino se carafetean para hacerlos más accesibles por la influencia del oxígeno. Por regla general, el vino en cuestión se carafea unas horas antes de beberlo, aunque a veces puede ser útil hasta 24 horas. Catar el vino una y otra vez durante el periodo de aireación para presenciar sus cambios es un placer fascinante.
A diferencia de la mera jarrear, la decantación en sentido estricto sirve principalmente para separar un vino tinto viejo del poso que se ha formado en la botella en el transcurso de la maduración. Se trata de lías(inofensivas, pero de sabor desagradablemente amargo) que se depositan con el paso de los años, un proceso completamente natural. En la decantación, el vino también se trasvasa de la botella a un decantador, pero el cuello de la botella se mantiene sobre una fuente de luz (normalmente una vela) para poder ver inmediatamente cuándo aparece el poso. Éste permanece entonces en la botella con una pequeña cantidad de vino. Dado que los vinos maduros son más frágiles, es decir, cambian más rápidamente en el aire y pueden degenerar con rapidez, existen decantadores especiales para este fin que tienen una forma diferente y ofrecen una superficie líquida menor. En el caso de vinos especialmente viejos y valiosos, debe evitarse la decantación en caso de duda para no correr el riesgo de que se desplomen muy rápidamente debido a un contacto excesivo con el aire.
En ocasiones, jarrear o la decantación también pueden tener razones estéticas: Si, en una bodega muy húmeda, la etiqueta o el corcho se han vuelto antiestéticos con el paso del tiempo o la botella ha adquirido un olor a moho, el vino puede decantarse en un decantador para no perjudicar la experiencia de disfrute visual u olfativa.
Limpieza de los decantadores
Limpiar los decantadores de vino no es fácil debido a su forma especial. Existen varios trucos para eliminar eficazmente los depósitos:
- Las pastillas limpiadoras Bit disuelven la suciedad de forma fiable, son insípidas y no dejan residuos. Sin embargo, pueden quedar residuos lechosos en las delicadas garrafas de cristal.
- También se puede eliminar la suciedad disolviendo bicarbonato sódico en un poco de agua y dejándolo en la garrafa durante un día.
- Otra posibilidad es mezclar sal marina gruesa y vinagre de vino blanco y agitarlos en la jarra.
En cualquier caso, es esencial aclarar muy bien la jarra con agua limpia después del tratamiento de limpieza.
Turbo aireación
Para añadir oxígeno a un vino, también existen vertedores de decantación especiales(tubo Venturi) que simplemente se colocan en la botella y enriquecen el vino con aire mientras se vierte. Esto puede ser una alternativa a jarrear que ahorra tiempo cuando se necesita disponer rápidamente de un vino que requiere aireación.