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¿Qué clima necesita el vino?
La viticultura sólo es posible en determinadas zonas de la tierra, los llamados cinturones de viña. Se extienden aproximadamente entre los 40 y 50 grados de latitud en el hemisferio norte y entre los 30 y 40 grados de latitud en el hemisferio sur. El centro y el sur de Europa, Estados Unidos, Chile, Argentina, Sudáfrica, el sur de Australia y Nueva Zelanda, por ejemplo, se encuentran en estas zonas, donde predomina un clima templado.
Las características del clima son el resultado de la secuencia e interacción de diversos factores naturales como la temperatura, la radiación solar, las precipitaciones, la humedad y el viento. La idoneidad climática de una región para el cultivo de la vid viene determinada por su aptitud vitícola, que se investiga y determina científicamente.
Para formar uvas de alta calidad y maduras, la vid necesita sobre todo calor y luz. Ambos son proporcionados por el sol, por lo que una pendiente orientada al sur es óptima para un viñedo. En las laderas, además, las térmicas son económico: por la noche, las corrientes de aire frío descienden por la ladera, y durante el día, las corrientes de aire caliente suben. Este ciclo es especialmente importante para los vinos blancos, ya que es la única manera de que las uvas formen suficiente acidez. Las masas de agua (ríos, lagos, mares) también tienen un efecto positivo porque reflejan la luz solar.
Los requisitos climáticos mínimos para la viticultura son una temperatura media anual de al menos 9 grados centígrados, una temperatura media del mes más cálido de al menos 18 grados centígrados, una temperatura baja máxima en invierno de menos 13 grados centígrados, al menos 1.300 horas de sol al año, una pluviometría anual de al menos 500 mm (en los climas cálidos de al menos 750 mm) y un periodo vegetativo (el tiempo que transcurre entre la última helada y la primera) de al menos 180 días. La temperatura óptima para el crecimiento de la uva es de entre 25 y 28 grados centígrados. La temperatura depende en gran medida de la altitud a la que se encuentren los viñedos; como regla general, la temperatura desciende 0,6 grados por cada 100 metros de diferencia de altitud hacia arriba.
Es de esperar que el cambio climático desplace o amplíe las zonas vitícolas hacia los polos en los próximos años y décadas. En este contexto, el cultivo de la vid a partir de los 750 metros de altitud (la llamada viticultura de clima frío) cobrará cada vez más importancia.
Además de las condiciones climáticas, la composición del suelo es el factor de calidad más importante en la viticultura