Para dar al vino alemán una imagen joven y moderna dentro y fuera del país, el Instituto Alemán del Vino lanzó en 2006 la "Generación Riesling". Mientras tanto, la plataforma abierta de jóvenes viticultores bien formados ha cosechado sus primeros éxitos.
Los alemanes no tienen humor, están perfectamente organizados y adoran la tecnología, los coches y los ingenieros. El vino alemán se llama Liebfraumilch, es agrio y cuesta poco. Corrección meticulosa en lugar de alegría de vivir. Esta es la imagen que los profesionales de marketing del Instituto Alemán del Vino (DWI) han encontrado repetidamente en las catas y presentaciones de los vinos alemanes en Inglaterra, Estados Unidos y Japón, incluso en el nuevo milenio. Los prejuicios son simplemente obstinados. Así que los responsables decidieron buscar un remedio para contrarrestar el tópico del ingeniero de vinos cuyo carácter es tan extremadamente seco como su vino.