Las "infinitas sutilezas de aroma y matices de sabor que los viñedos alemanes imparten a sus crecimientos" (Hugh Johnson) deben su existencia a una infinita variedad de paisajes, suelos y condiciones climáticas en las regiones de cultivo alemanas. Especialmente el "macroclima" (clima regional de 10 a 100 km) y el "mesoclima" (rango de unos pocos 100 metros), con su influencia elemental en la maduración, el alcohol y la formación del sabor, son más diversos que en casi ningún otro país vinícola del mundo. Los renombrados periodistas especializados en vino Dieter Braatz, Ulrich Sautter e Ingo Swoboda se han propuesto presentar esta diversidad de suelos, climas y niveles de calidad en un novedoso "Atlas del vino de Alemania" como imagen global del vino alemán.
En opinión de los autores, los 538 lugares más importantes del total de 2.658 viñedos alemanes se presentan en detalle en retratos de lugares claramente ordenados con información sobre el tamaño, la altitud, la exposición escénica, la inclinación, los suelos y las variedades de uva predominantes, las bodegas más importantes y las características especiales, y localizados visualmente en una cartografía especialmente desarrollada. El fotógrafo Hendrik Holler, especializado en el vino en todas sus facetas, ha conseguido caracterizar regiones y viñedos individuales con fotografías tan atmosféricas como informativas. Los capítulos sobre la identidad de un viñedo: "Lo que hace que un viñedo sea especial" y sobre la "Historia de la viticultura" explican con conocimiento de causa y de forma concentrada la necesidad de reflexionar sobre el viñedo y la compleja esencia del terruño (entorno del viñedo, métodos de cultivo y tipología del vino) y muestran las apasionantes líneas históricas del desarrollo del vino desde las primeras evidencias vitivinícolas hasta el actual posicionamiento de los vinos alemanes en el mercado mundial. El atlas de los viñedos contiene también un índice ejemplar -desgraciadamente no es algo habitual, ni siquiera en los libros de vino más sofisticados- que permite una rápida consulta con el registro completo de los viñedos, el correspondiente índice de localidades, así como el listado de los productores más importantes.
El principal atractivo del libro reside sobre todo en su fundado intento de una nueva presentación global y clasificación de los viñedos alemanes. Y es que la antigua sabiduría de los viticultores, según la cual la calidad se origina en el viñedo, debió de ser completamente suprimida e ignorada en favor de intereses económicos a corto plazo -por no hablar de razones de "simplificación"- durante el desarrollo y la aprobación de la ley alemana del vino de 1971. ¿Cómo se explica si no que con esta ley desaparecieran innumerables viñedos individuales, antiguos y cualitativamente probados, viñedos y denominaciones de viñedo, se dieran denominaciones a viñedos secundarios, algunos de mayor calidad, y en aras de una supuesta "simplificación" se pudieran agrupar viñedos en grandes superficies sin tener en cuenta tradiciones y calidades?
Tras largas discusiones, la Asociación de Explotaciones Vitivinícolas Alemanas (VDP) reaccionó a las "consecuencias negativas de la ley del vino" con su propia pirámide de calidad de tres niveles, basada en mapas históricos de viñedos: Vinos de finca o locales, vinos de sitio clasificados y VDP - Erste Lage. Esta clasificación tiene -según los autores- al fin y al cabo "el gran mérito de haber vuelto a dirigir la mirada del público hacia la calidad de los lugares de cultivo" Sin embargo, está plagado de problemas, como el predominio del "sabor seco" en los Grosses y Erstes Gewächses, así como la desventaja de que el modelo VDP, por supuesto, sólo incluye a las bodegas asociadas y, por tanto, no cubre en absoluto el amplio abanico de viticultores orientados a la calidad. En cambio, los autores del atlas del vino han elaborado un modelo de cuatro niveles basado en Borgoña, que tiene en cuenta los 2.658 emplazamientos de viñedos: 1. "Emplazamientos especialmente privilegiados" (tipología de vino como "yuxtaposición ejemplar de características aromáticas y de sabor", Grands Crus), 2. "Emplazamientos privilegiados" (Premiers Crus), 3. "Emplazamientos buenos" (vinos de Villages con mención de un solo emplazamiento) y, por último, la mayoría de los emplazamientos simples sin más distinciones especiales. Evidentemente, los autores no se lo pusieron fácil a la hora de elaborar la clasificación: las declaraciones de los productores y los comerciantes formaron parte de la formación de las opiniones y los criterios tanto como la respectiva apreciación del mercado y sus propias y extensas experiencias de cata, antes de visitar finalmente el lugar en sí: "El mayor peso fue siempre la visita final a los viñedos, porque a menudo todos los aspectos parciales sólo se unen para formar una imagen coherente in situ
Sin duda, el trío de autores ha logrado un gran éxito con este atlas de los viñedos, que es tan erudito como estimulante y atraviesa el "campo de tensión entre el reconocimiento de las condiciones naturales únicas, por un lado, y el respeto por los logros humanos, por otro". Esto es tanto más cierto cuanto que los autores no sucumben a la tentación de hacer que su modelo sea absoluto: "La clasificación que aquí se presenta no pretende ser completa, ni siquiera estar fuera de toda discusión". Sin embargo, debe contribuir a la comprensión de la viticultura de alto nivel y a un "pensamiento de élite" positivo, que se expresa en "abordar el sistema ecológico de los viñedos con métodos artesanales limpios y también controlar estrictamente su aplicación"
Es de esperar que el atlas del vino no sólo sea otra exitosa contribución periodística a la promoción de la cultura del vino, sino que también inicie un animado debate sobre la reorganización de los viñedos alemanes: "Después del trabajo en este atlas, deseamos aún más que antes una amplia voluntad política para definir la extensión de todos los viñedos individuales de alta calidad de la viticultura alemana de forma objetiva y libre de intereses particulares. Sólo así se puede preservar el carácter de estos viñedos y con ello, en última instancia, un enfoque del vino alemán orientado a la cultura y a la sostenibilidad, en lugar de a la economía a corto plazo y con poca visión de futuro"
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Dieter Braatz, Ulrich Sautter, Ingo Swoboda: Wine Atlas of Germany (prólogo de Hugh Johnson y Jancis Robinson). Hallwag: 2007, Múnich. 280 páginas, tapa dura (22,5 x 29,5 cm). ISBN 978-3-8338-0638-4. 59,90 euros.