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En Gran Bretaña, el impuesto sobre el alcohol se indexará a la inflación a partir del 1 de agosto, lo que supondrá un aumento medio del precio de 45 peniques por botella. Según las estimaciones de los representantes del sector, esto afectará a cerca del 90% de todos los vinos tranquilos.
"Los tipos impositivos sobre todos los productos alcohólicos producidos en el Reino Unido o importados a este país aumentarán en función del índice de precios al consumo", señala el proyecto de presupuesto del Gobierno. Esto significa que una botella de vino se encarecerá en unos 45 peniques debido al aumento del diez por ciento en función de la inflación y a un impuesto adicional sobre las bebidas con mayor contenido de alcohol, el vino de Oporto hasta en 1,30 libras y una botella de vodka en 76 peniques. Este sería el mayor aumento del impuesto sobre el vino en el Reino Unido desde 1975 y el mayor para destilados desde 1981. Los vinos con una graduación alcohólica inferior al 12,5% se ven menos afectados.
Simon Thorpe MW, director ejecutivo de la asociación de productores Wine GB, ha declarado: "Nos hemos visto afectados por una subida de impuestos sin precedentes. Junto con los demás aumentos inflacionistas del combustible, los productos secos y los costes de producción, será inevitable un incremento del precio de venta al público de nuestros vinos. Esto puede afectar a las ventas y perjudicar potencialmente a nuestros productores. Es muy decepcionante".
Miles Beale, Director Ejecutivo de la Wine and Spirit Trade Association (WSTA), se muestra indignado: "La decisión del Gobierno de castigar a las empresas y consumidores de vino y bebidas espirituosas con una subida de impuestos del 10% en destilados y del 20% en el vino a partir del 1 de agosto es asombrosa. Este presupuesto alimentará aún más la inflación y perjudicará a la economía del Reino Unido, especialmente a los integrantes de la cadena de suministro del sector de la hostelería, que todavía están intentando recuperarse de la pandemia. La doble subida de impuestos sobre el vino es un golpe especialmente duro para las empresas vinícolas británicas. Plantea la pregunta -una vez más- de qué tiene el Gobierno contra la gente que quiere producir y beber vino".
(al / fuente: drinksbusiness)
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