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El calor extremo, así como el estrés de la sequía en curso en Europa, reducirá la próxima cosecha en muchos viñedos y también dificultará la acumulación de reservas para la cosecha de 2023. "En muchos viñedos, el estrés de la sequía viene de lejos", explica Alain Deloire, profesor del Instituto Agro de Montpellier. Según el experto en fisiología de la vid, la situación empeorará la cantidad y la calidad de la próxima vendimia.

La falta de agua durante el periodo de maduración limita la biosíntesis de taninos, ácidos orgánicos y algunas sustancias aromáticas básicas. También dificulta el almacenamiento de azúcar en las bayas y el crecimiento de la fruta. "El estrés por sequía en el periodo que va desde el cambio de color hasta la maduración final de la uva interfiere en la biosíntesis de los antocianos", explica Alain Deloire. Desgraciadamente, ni un chubasco ni el riego artificial pueden compensarlo.

Mientras tanto, como la sequía dificulta el almacenamiento de carbono, Deloire también teme problemas para la cosecha de 2023: "La escasez de agua severa y prolongada y las altas temperaturas durante una vendimia no sólo tienen un impacto negativo en la calidad de la cosecha del año siguiente, sino también en la vida de los viñedos", añade Deloire.

(uka / Fuente: vitisphere - Foto: 123rf)

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