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Un meta-estudio citado por el Consejo de Información sobre el Vino demuestra una relación significativa entre el consumo de bebidas alcohólicas y el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular. Un consumo moderado implica, por lo tanto, un menor riesgo de accidente cerebrovascular, mientras que un consumo fuerte conlleva un mayor riesgo. En este contexto, se ha identificado que el vino tiene un efecto protector más fuerte que otras bebidas alcohólicas.
Para este trabajo, los autores, bajo la dirección de Ahmad A. Toubasi de la Universidad Médica de Jordania, analizaron un total de 125 estudios con más de 21 millones de participantes. Se considera el estudio más grande y actualizado sobre este tema. Los autores enfatizan que los resultados varían según los factores de influencia. Esto incluye también el tipo de bebida alcohólica. Según el resultado, el consumo moderado de vino se correlaciona claramente con un menor riesgo de accidente cerebrovascular y la mortalidad resultante. De esto, concluyen que su análisis proporciona evidencia sólida de un efecto positivo del consumo moderado de vino.
Los médicos deben informar a sus pacientes sobre los efectos nocivos de un consumo excesivo de alcohol, pero no deben omitir la importancia del consumo moderado, especialmente de vino.
(al)
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