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El presidente del Bureau interprofessionnel des vins de Bourgogne (BIVB), Laurent Delaunay, expresó su preocupación por los elevados precios de los vinos de la región de Borgoña. Debido a las heladas, granizadas y lluvias torrenciales, la cosecha de 2021 fue la mitad de reducida que en un año normal, lo que provocó un aumento de los precios del 25%, dijo. Según Delauney, esta "tensión y escasez en el mercado" afecta especialmente a la categoría más accesible de vinos regionales, que representan más del 50% de la producción total de Borgoña. "Son los únicos vinos en los que nuestros volúmenes son suficientes para figurar en supermercados, cadenas hoteleras, así como en licitaciones. Y tienen un impacto significativo en el conjunto de la economía borgoñona", subraya. La evolución es mucho más preocupante que las subidas de precios de los Grands Crus o Premier Crus, que siempre encontrarán compradores gracias a su rareza.
Delauney espera "que no se produzca una especie de 'vapuleo de Borgoña', como ocurrió con Burdeos hace diez o quince años. Harán falta dos cosechas generosas seguidas para estabilizar los precios de los vinos de Borgoña". Pero la demanda desenfrenada y las escasas existencias impedirían cualquier relajación de los precios a corto plazo. En 2022, el volumen de la cosecha aumentó un 75%, hasta 1,75 millones de hectolitros, pero los precios de las uvas y los vinos de barrica no volvieron al nivel de 2020.
(al / fuente: vitisphere)