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La pandemia de la Corona lleva cada vez más a la industria del vino a la automatización. Las restricciones de viaje relacionadas con el 19 de diciembre provocaron el año pasado una grave escasez de mano de obra procedente de Europa del Este y el Norte de África, lo que supuso un gran problema para muchas bodegas. Según una investigación del Wall Street Journal, muchos viticultores de Italia y España han comprado cosechadoras para estar mejor preparados para la vendimia de este año.

Philippe Astoin, director de la división agrícola del fabricante francés Pellenc, explicó que la demanda de vendimiadoras automáticas había aumentado entre un 5% y un 10% anual antes de la pandemia, pero que este año ha aumentado en torno al 20%. Se trata, según él, de un cambio estructural en el sector vitivinícola que sobrevivirá a la pandemia y que podría cambiar las pautas migratorias de siempre. Cada año, decenas de miles de trabajadores extranjeros llegan a Italia, Francia y España para las cosechas. Mientras que la cosecha de algunos cultivos, como la soja y el maíz, ya está ampliamente automatizada, los viticultores han tardado un poco más en hacer el cambio. Por un lado, a muchos productores les preocupa que la calidad de la uva pueda resentirse; por otro, los elevados costes también han disuadido a las empresas más pequeñas.

En algunas denominaciones europeas, como Champagne o Franciacorta, está prohibida la vendimia mecánica. En Francia, la agricultura depende menos de la mano de obra extranjera que en Italia o España. Por lo tanto, la presión para la mecanización es menos alta allí.

(ru / Fuente: Wall Street Journal; Foto: pixabay)

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