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Tras un invierno suave con poca nieve, el norte de Italia, en particular, se ve amenazado de nuevo por una sequía extrema. Según estimaciones de la Fundación de Investigación CIMA, en Italia falta actualmente alrededor de la mitad de los recursos hídricos de nieve normalmente disponibles. En los Alpes, la situación es preocupante y el valle del Po ya sufre la falta de agua. El Po, el río más largo de Italia, lleva aproximadamente un 60% menos de agua de lo habitual en esta época del año. Por ello, los expertos temen un verano aún más extremo que el de 2022, cuando el Po transportó la menor cantidad de agua de los últimos 70 años.
Según la Asociación Italiana de Consorcios para la Protección de la Tierra y el Agua Anbi, 3,5 millones de italianos corren el riesgo de sufrir una grave sequía. El Ministro de Medio Ambiente, Pichetto Fratin, anunció "una mesa redonda sobre la "crisis del abastecimiento de agua" para la próxima semana".
Agricultores y viticultores están preocupados por el futuro debido a la falta de reservas de agua. Aunque la vendimia del año pasado fue bien en la mayoría de las regiones gracias a las esperadas lluvias de finales de verano, la persistente sequía tiene un impacto negativo a largo plazo en el desarrollo vegetativo de las plantas y, por tanto, también en la calidad de la fruta.
(ru / Fuente: Iconaclima, Spiegel, Rainews; Foto: 123rf )