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La Organización Mundial de la Salud (OMS) - Región de Europa ha adoptado una resolución que tiene como objetivo reducir en un diez por ciento el consumo per cápita de alcohol. Entre las medidas complementarias se encuentran el aumento de los impuestos, la prohibición de la publicidad, la promoción y el marketing en cualquiera de sus formas, la reducción de la disponibilidad de bebidas alcohólicas y las advertencias sanitarias obligatorias en las etiquetas. Además, los representantes del sector deben ser excluidos del debate.
La OMS acusa a la industria del alcohol de "extrema agresividad en la promoción de los diversos aspectos del consumo de alcohol", especialmente entre los jóvenes. El alcohol está implicado en "una cuarta parte de todas las muertes de personas de entre 20 y 24 años en la región europea de la OMS, en su mayoría debidas a lesiones y violencia", señala el informe. Cada día, en la región europea, mueren unas 2.500 personas como consecuencia del consumo de alcohol".
En un comunicado, la asociación comercial italiana Unione Italiana Vini (UIV) se resiste a una condena general de toda la industria. No habría distinción entre el consumo compulsivo y el moderado ni entre los distintos tipos de bebidas. La resolución contradice "el enfoque de las políticas de prevención y educación promovidas por nuestro sector, así como los modelos de consumo moderado que prevalecen en Italia." Como ha enseñado la historia, "la prohibición no es la solución para luchar contra la lacra del alcoholismo". El vino es más bien "un símbolo del consumo responsable, de la dieta mediterránea y, desde luego, no de las borracheras". Por ello, la UIV hace un llamamiento a los políticos para que protejan "una cultura milenaria y el tejido social asociado a ella".
(al / Fuente: Winenews.it, WHO.int; Foto: 123rf)
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