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Lucien Lurton, una de las personalidades más influyentes del panorama vinícola bordelés, falleció el sábado a la edad de 97 años. La revista especializada "La Revue du Vin de France" le honra como uno de los "grandes constructores del Médoc", que inició el renacimiento de Burdeos a partir de la década de 1970.
En 1954, Lurton heredó el Château Brane-Cantenac en Margaux, que convirtió en una de las mejores direcciones del Médoc con un gran compromiso personal y riesgo, especialmente tras el desastre de las heladas de 1956. Invirtió todo su dinero en fincas vinícolas del Médoc, en Graves y Entre-deux-Mers. Adquirió los Châteaux Durfort-Vivens, Climens, Villegeorge, Tour de Bessan, Haut-Nouchet, Camarsac, Bouscaut y Desmirail en Margaux. Lucien Lurton siempre abogó por un estilo elegante y picante en sus vinos y se aferró a él a pesar de las diversas modas que favorecían una mayor concentración. Hoy en día, sus vinos se consideran ejemplos de "bebibilidad" que vuelve a ser apreciada.
Lurton tuvo once hijos con su esposa Marie-Jeanne Duvoisin. En la década de 1990, traspasó sus viñedos a diez de ellos. Incluso después de retirarse del negocio operativo, hizo campaña por la protección y preservación del Médoc y luchó, entre otras cosas, contra la expansión de las graveras y por la clasificación de las mejores parcelas para la viticultura. De 1954 a 2013, fue administrador de la cooperativa vinícola de Margaux. Lucien Lurton ha fallecido en paz rodeado de su familia.
(al / Fuente: La Revue du Vin de France)