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La italiana sector del vino se enfrenta actualmente a enormes problemas de venta. Según la Inspección Central para la Protección de la Calidad y la Lucha contra el Fraude en los Productos Agrícolas y Alimentarios ICQRF, las existencias ascendían a 60 millones de hectolitros en marzo de 2023. Esto equivale a más de una cosecha entera de Italia y representa un aumento de más del 5% respecto al año anterior. El año pasado, las ventas disminuyeron tanto en Italia como en el extranjero. Especialmente los vinos tintos con denominación de origen sufren la falta de demanda. Las regiones más afectadas son Lacio, Campania, Abruzos, Apulia y Sicilia. Sin las positivas cifras de ventas de las denominaciones de Prosecco, que siguen obteniendo buenos resultados, el balance de las exportaciones italianas de vino tampoco sería halagüeño.
Ahora el sector busca soluciones de forma conjunta. Para ello, el Ministerio de Agricultura italiano ha convocado una "mesa redonda" en la que han participado viticultores y representantes de las regiones. La primera propuesta de ambas partes fue la destilación de crisis. Aunque ya se ha practicado varias veces en Italia en el pasado, según el Ministerio de Agricultura, actualmente faltan recursos financieros. Serían posibles dos alternativas de financiación: por un lado, a través de los presupuestos de cada región o mediante subvenciones de la UE.
La asociación vinícola italiana Unione Italiana Vini (UIV) está a favor de la destilación de los excedentes, pero se opone claramente a la financiación mediante fondos de la UE. Éstos deberían seguir utilizándose para promoción e inversiones. "Las zonas de cultivo que soliciten la destilación de crisis también deberían quedar excluidas del reparto de permisos de nueva plantación. Es inútil, incluso perjudicial, reforzar el potencial de producción en regiones que ya producen vino que no encuentra mercado", exigen los representantes de la UIV.
(ru / Fuente: Agrisole)