En diciembre de 2007 se decidió la reforma de la organización europea del mercado del vino. Entre otras cosas, se refiere a los derechos de plantación de vides en la Unión Europea (UE), la admisibilidad de determinadas prácticas enológicas y la ley de etiquetado del vino. La nueva normativa sobre prácticas enológicas, denominaciones de origen e indicaciones geográficas, así como sobre etiquetado y presentación, entró en vigor el 1 de agosto de 2009. En 2012, la Comisión de la UE presentará un informe que resumirá la experiencia adquirida en la aplicación de la reforma y su impacto.
Todos los Estados miembros de la UE se ven afectados por la modificación de la ley de etiquetado del vino. En esencia, las denominaciones de origen protegidas existentes para los productos alimenticios se aplicarán también al vino. Ya desde 2006, la legislación agrícola de la UE conoce los términos "indicación geográfica protegida" (IGP) y "denominación de origen protegida" (DOP). Un alimento con el estatus de IGP debe ser producido, transformado y/o fabricado en la zona de origen denominada. En el caso de los productos alimenticios con DOP, todas las fases de producción (es decir, la producción, la transformación y la fabricación) deben tener lugar en la región de origen especificada y de acuerdo con procedimientos reconocidos y definidos. Los productos agrícolas correspondientes, que llevan su origen geográfico en el nombre (por ejemplo, el queso de montaña de Allgäu, el jamón de la Selva Negra, el pan de especias de Núremberg o la cerveza de Dortmund), se registran como marcas comunitarias y, por tanto, están protegidas legalmente contra el uso indebido del nombre y la imitación. La reforma del mercado vitivinícola de la UE traslada este modelo al sector del vino y distingue entre vinos con denominación de origen protegida, vinos con indicación geográfica protegida y vinos sin denominación de origen.