Cada año, en cuanto llega la primavera, una parte del gran mundo del vino se reúne en Düsseldorf en la feria internacional del vino y destilados. Hace una semana volvió a ser ese momento y yo no estaba allí. ¿Te has perdido algo? También para nosotros, los escritores, la feria es un barómetro de tendencias, una oportunidad para conocer a uno o dos viticultores, para entrevistar a uno o dos minoristas o para conocer una o dos regiones vinícolas. Y ahí es donde simplemente me perdí. ¿Oportunidad perdida?
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ProWein 2012 (Foto: Messe Düsseldorf) |
Los primeros comentarios me llegan: "La ProWein se ha convertido en el lugar de encuentro definitivo para la industria internacional del vino y las bebidas espirituosas". No sólo todos los periodistas se estremecen ante la palabra "definitivo", sino también los comerciantes de vino, los vendedores, los productores, los importadores; en definitiva, todos los que tienen algo que ver con el sector. Tres días en la "capital mundial de la industria del vino y los licores". La agenda está repleta: Los recién llegados al negocio internacional del vino, como Brasil, India, Japón o China, presentan sus productos. 300 expositores más que el año pasado, se abrirá otro pabellón, 300 conferencias y degustaciones de expertos, una zona de degustación internacional, que ya me llevó unas cuantas horas en los últimos años. Muchas de las notas siguen revoloteando por mi mesa. Las catas se siguen haciendo de forma oral y manual. El ordenador es de poca ayuda.