El pueblo de San Pablo ha permanecido bastante desconocido en comparación con sus vecinos Terlan, San Miguel-Eppan, Kaltern y Tramin. Esto no se debe a la calidad de los vinos producidos aquí, sino al hecho de que los relojes corren un poco diferente aquí. Hay un ambiente tranquilo, relajado y, en cierto modo, familiar. La gente se conoce y se reúne en la sala de ventas y degustación de la bodega local para charlar con un vino blanco antes de comer y un tinto después del trabajo. Los productores locales demuestran con sus productos que este ritmo tranquilo beneficia a los vinos producidos aquí.
Bodega St. Pauls
Bodega Klaus Lentsch
Bergmannhof - Josef y Johannes Pichler
Bodega Cora - Lorenz San Nicolò
Bodega Hans-Jörg Donà
Castillo Korb - Fritz Dellago
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