Las fuertes fluctuaciones de temperatura en invierno y primavera fueron seguidas en Baja Austria en 2017 por uno de los veranos más cálidos y, sobre todo, más secos desde que se iniciaron los registros de temperatura hace más de 250 años. Septiembre, de entre todos los meses, fue bastante lluvioso y, por tanto, retrasó la cosecha temprana, pero las buenas condiciones de octubre compensaron esa carencia, de modo que no sólo se cosecharon buenas calidades, sino también grandes cantidades en amplias zonas de la región.
Era de temer que el 2017 resultara especialmente espeso y rico en alcohol debido al caluroso verano, pero ¡ni mucho menos! Especialmente los Grüner Veltliners, que a veces tienden a ser un poco gordos, están en plena forma, tan frescos, tensos, precisos y jugosos como uno podría desear, y al mismo tiempo no menos complejos y minerales que los igualmente impresionantes Rieslings.
