Estiria es un caso especial en Austria en muchos aspectos. Los vinos tintos -aunque son cada vez mejores- desempeñan un papel tan secundario como las variedades principales Grüner Veltliner, que no se da en absoluto aquí, y Riesling, que, sin embargo, se toma cada vez más en serio desde hace algunos años, aunque en cantidades cada vez más pequeñas. Estiria es un paraíso para las variedades Sauvignon, Muscat, Traminer y Borgoña. De todas estas variedades salen regularmente vinos que pueden competir con los mejores representantes de su género en todo el mundo.
Pero aquí no estamos hablando de los grandes vinos de sitio y de reserva, sino de los vinos básicos, los del pan de cada día, los que no hay que esconder en la bodega durante años antes de atreverse a abrirlos. Porque también aquí los productores de Estiria rara vez se permiten debilidades; la calidad media, incluso de los vinos más sencillos, es aquí tan alta como en muy pocas regiones vinícolas del mundo.