Nos sentamos juntos en el banco de la escuela, en las clases más bajas, en la escuela primaria, como dicen en Suiza. Se llama Gini y era la mejor de la clase, una seconda, hija de inmigrantes de Italia. Eso nos entusiasmó, porque ella también hablaba italiano y a menudo hablaba del país del que procedían sus padres. Italia, grande, enorme para nosotros, una bota, como aprendimos en clase de geografía, pero más familiar para nosotros fue: es el país de donde vino el Papa.
A menudo me encontraba con Gini más tarde, porque se quedaba en el lugar donde íbamos a la escuela. Y seguía hablando de Italia, una y otra vez, de su segundo hogar, de las aceitunas que va a recoger a Italia, del paisaje, de la gente, de la vida....
Tomé nota de todo ello, recogí el nombre del pueblo, incluso la región que podía situar; Módena, Bolonia. En Bolonia incluso probé el italiano, durante unas semanas.
Pero ahora todo, el recuerdo del pasado, el conocimiento del presente, ha adquirido un significado completamente diferente, mucho más emotivo, Gini ha traído un vino, de la parroquia vecina de su segunda (o primera) casa. Un vino auténtico, como dice ella. Es un ejemplo de cómo un vino no es simplemente un vino, sino que siempre está inmerso en una historia. Bron y Rusèval son los apodos de dos familias que hoy dirigen una granja (con muchas viñas) y una bodega bajo el nombre de "Celli" en Bertinoro. 30 hectáreas, esto ya es una granja considerable. Gran parte de las uvas proceden de pequeñas explotaciones de las comunidades vecinas.
El vino, que probablemente nunca habría tenido en mi copa sin Gini, es oscuro, casi negro, y a pesar de su color y de su 14,5% de volumen de alcohol, muy afrutado, vivo, cálido y nada pesado. Incluso el Cabernet de moda (40%) está subordinado al Sangiovese. Origen-típico, dice el bloguero alemán Dirk Würtz, me gusta ese término. No es un vino recortado para la identificación de la marca, sino un vino arraigado en la región y -esto no queda oculto- con cualidades considerables. "Para indicación geográfica típica", como dice la etiqueta. Tengo la sensación de que el vino tiene un hogar. También es el hogar de Gini, mi compañera de colegio de la primera infancia, sin la cual este vino probablemente nunca habría llegado a mis manos. Y eso sería una pena.