"El divorcio duele", dicen. El hombre o la mujer no están tan equivocados. Todo cambio contiene a la vez lo viejo, que muere, se va, y suele hundirse pronto en el olvido. Y lo nuevo, que primero tienes que experimentar, conocer, y al que probablemente también te acostumbras rápidamente. ¿Por qué debería ser diferente para mí y para esta -mi- columna? Es el último que escribo, que puedo escribir, que se me permite escribir en Wein-Plus. La revista -tal y como se presenta hoy- se adelgaza, se adelgaza, se recorta a su actividad principal. Hace casi nueve años -el 6 de diciembre de 2005- escribí la primera columna, y a partir de entonces abordé un nuevo tema cada quince días. Ya son 226. Todo subjetivo, muy subjetivo, desde el punto de vista de un amante del vino, de un coleccionista, de un aficionado al vino.