"Pays d'Oc" es una indicación geográfica protegida, que abarca el sur de Francia que bordea el Mediterráneo y la zona al oeste del Ródano (en la parte más meridional). Se aplica la normativa legal de "Vin de Pay" (hoy IGP), que es bastante menos restrictiva que la de las denominaciones protegidas AOC, especialmente en lo que respecta a las variedades de uva permitidas. Por lo tanto, los vinos IGP se elaboran a menudo (o incluso en su mayoría) con variedades de uva que no están permitidas como AOC (Appellation d'Origine Contrôlée - internatonal: DOP - Denominación de Origen Protegida) en la zona correspondiente.
¿Complicado? Difícilmente comprensible para el consumidor medio. En el mejor de los casos, entiende: este vino viene del sur de Francia, del Pays d'Oc. Los más conocedores de la región y de la legislación vitivinícola francesa también saben que Colombiers (una pequeña localidad cercana a Béziers) no se encuentra en una de las denominaciones tradicionales de origen (DOP) y, por tanto, se comercializa con la denominación de origen Pays d'Oc.
Mientras que en las denominaciones DOP (antes AOC) las variedades de uva Merlot y Cabernet
Sauvignon no están permitidas (porque no son propias del terruño), los viticultores de las denominaciones IPG hacen uso de su "libertad" y cultivan variedades de uva muy demandadas a nivel internacional, por ejemplo Merlot y Cabernet, que son requisitos indispensables para el "ensamblaje bordelés" que se demanda en todo el mundo. Por ello, la línea "Elégance" del Domaine des Mirabelles no es un vino típico del sur de Francia, sino que está hecha para la comercialización internacional. La etiqueta de la parte posterior de la botella está escrita en francés y en inglés.
Así que estamos ante un "falso Burdeos" (mayoritariamente Merlot), que sin embargo no procede del Bordelés, sino del Languedoc. Uno de los muchos montajes, como se hacen hoy en día en todo el mundo del vino. Por así decirlo, como alternativa a Burdeos, que se ha encarecido. Pero qué le importa al consumidor el origen exacto, sobre todo si el vino satisface el gusto y sigue siendo atractivo en el precio (unos 8 euros). Esto es lo que les gusta a los restaurantes, a los grandes almacenes y a las numerosas tiendas de vinos de la costa, donde (en verano) acuden los turistas. En este círculo, el "Elegance" puede comercializarse bien y, sin duda, puede mantenerse en él. Pero los amantes del vino lo olvidarán rápidamente: demasiado convencional, demasiado empujado a la trivialidad. Decente, pero no lo suficientemente bueno.