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Al comienzo de la vendimia de Federweißen en el Palatinado y en Rheinhessen, Ernst Büscher, del Instituto Alemán del Vino (DWI), se muestra muy positivo sobre la próxima cosecha de la añada 2019: "Debido al verano soleado y con pocas lluvias, las uvas en las zonas de cultivo alemanas se están desarrollando muy sanas y bien en general. En consecuencia, los viticultores son actualmente optimistas respecto a una cosecha 2019 cualitativamente buena", dijo Büscher.
Aunque las uvas resultaron parcialmente dañadas por las quemaduras del sol y el calor durante las temperaturas récord del mes de julio en muchas regiones y, además, se vieron perjudicadas por las tormentas de granizo en algunas zonas, "sin embargo, estos acontecimientos apenas tuvieron repercusión en la calidad", añadió.
También dijo que el riesgo de daños por sequía se había evitado por el momento gracias a las precipitaciones de las últimas semanas en amplias zonas de Alemania. Sin embargo, la situación era "muy heterogénea debido a la muy diferente distribución de las precipitaciones en cada una de las regiones de cultivo, por lo que todavía hay algunos viñedos que necesitan agua".
Sin embargo, el clima de las próximas semanas es decisivo para la calidad de la cosecha. Porque el inicio de la vendimia principal no se espera hasta dentro de cuatro semanas, hacia mediados de septiembre. Las variedades de maduración tardía, como la Riesling, probablemente no se cosechen hasta finales de septiembre o principios de octubre, dependiendo de la región de cultivo. "Todavía pueden pasar muchas cosas hasta entonces", subrayó Büscher. Actualmente, el estado de desarrollo de las vides corresponde aproximadamente a la media de 30 años. En el pasado y excepcional año 2018, la vendimia principal comenzó hasta dos o tres semanas antes.
Tras una floración de la vid que se desarrolló sin problemas en general, las perspectivas de rendimiento de la cosecha son buenas, aunque están muy por debajo de la cosecha del año anterior, que fue superior a la media. En la actualidad, las primeras estimaciones, que aún podrían cambiar en función de las condiciones meteorológicas, parten de la base de que la cosecha nacional podría situarse en el mismo nivel que la media de diez años, en torno a los nueve millones de hectolitros.
(uka / Foto: Instituto Alemán del Vino)