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Según el Instituto Alemán del Vino, la cosecha alemana de 2020 tuvo muy buenas calidades y un volumen de cosecha ligeramente inferior a la media, estimado en 8,6 millones de hectolitros. En muchas bodegas, la vendimia, que ya ha finalizado en gran parte, se ha terminado en sólo tres o cuatro semanas. En todo el país, las previsiones actuales de rendimiento para la cosecha de 2020 se sitúan en torno a los 8,6 millones de hectolitros, más o menos a la par de la media de diez años, que es de 8,7 millones de hectolitros, y un 3% más que el rendimiento del año pasado.
El "verano en septiembre" había acelerado considerablemente la cosecha de vino. Con el sol y las temperaturas a menudo muy por encima de los 25 grados, el contenido de azúcar en las uvas había aumentado rápidamente, de modo que muchas variedades habían alcanzado la madurez de la cosecha al mismo tiempo. Por ello, la vendimia se realizaba a menudo a primera hora de la mañana o por la noche para que la uva entrara en la bodega lo más fresca posible.
Sin embargo, las heladas tardías, la sequía y la evaporación en las bayas provocaron importantes pérdidas en la cosecha en muchas regiones. Por tanto, los rendimientos estimados en las trece regiones vitícolas alemanas son muy heterogéneos. Van desde un 38% menos en comparación con el rendimiento medio a diez años en Franconia hasta un 31% más en la Bergstrasse de Hesse. En Rheinhessen, el rendimiento esperado es de menos uno por ciento, en el Palatinado, es de más seis por ciento. Baden y Württemberg estiman cada uno de ellos un diez por ciento menos de cosecha.
(uka / Foto: Instituto Alemán del Vino)