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La crisis energética está provocando unos costes adicionales de 1.500 millones de euros en el sector vinícola italiano, pero sólo unos 900 millones de ellos pueden repercutirse a los consumidores sin perder cuota de mercado. Así lo constata la Unione Italiana Vini (UIV), que representaría a un tercio del sector. Según la encuesta, los materiales de envasado como el vidrio, el papel, los cartones, los corchos y el aluminio cuestan a la industria 1.000 millones de euros (+83%) más que a principios de 2022, 425 millones de euros de energía. Los costes logísticos y laborales representan el resto del aumento. En conjunto, los costes totales aumentaron un 28%.
El aumento del 6,6% de los precios de catálogo estimado para los nueve primeros meses de este año está muy por debajo de los aumentos del 11% solicitados por las empresas. Según las cifras de la UIV, el desfase correspondiente asciende a unos 600 millones de euros en costes no cubiertos por los ingresos, que los productores de vino italianos tienen que soportar para no perder cuotas de mercado.
El Presidente de la UIV, Lamberto Frescobaldi, afirma en un comunicado: "La encuesta demuestra que la crisis actual no perdona a nuestro sector, que no es intensivo en energía pero sufre consecuencias directas en muchos de sus componentes. Productores, industriales, cooperativas y comerciantes deben, pues, absorber parte de las subidas para no repercutirlas íntegramente en los consumidores y evitar una peligrosa caída del consumo."
La UIV resume el resultado de la encuesta: "El mercado resiste (por ahora), pero no compensa la escalada de los costes".
(al / fuente: vinonews24; foto: 123rf)
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