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ProWein Business Report 2022 ha publicado la mayor encuesta realizada hasta la fecha sobre la aceptación de envases alternativos para el vino. Alrededor de 2.500 productores, comerciantes de vino, importadores, distribuidores, restauradores y hoteleros de 16 países declararon qué alternativas a las botellas de vidrio creen que es más probable que acepten los consumidores. En general, uno de cada dos minoristas encuestados espera que los consumidores acepten el bag-in-box como envase de vino. Sin embargo, existen claras diferencias regionales.
En el grupo de los innovadores, que incluye a los países escandinavos, Gran Bretaña y Canadá, entre el 75% y el 100% de los minoristas están dispuestos a vender envases de vino distintos de las botellas de vidrio. En estos países, los envases alternativos son ya parte integrante de la gama de productos, ya que la población es especialmente favorable a los objetivos de sostenibilidad. Mercados monopolísticos como los de Escandinavia y Canadá ya exigen a sus proveedores alternativas a las botellas de vidrio para reducir el impacto ambiental. Las bolsas en cajas y las latas dominan allí la escala de popularidad. Más de un tercio de los encuestados cree que la mayoría de los vinos de consumo diario dejarán de embotellarse en vidrio en un futuro próximo.
En el grupo intermedio, la disposición se sitúa entre el 55% y el 75%. Este grupo incluye a Francia, Bélgica, España, Portugal y Estados Unidos. También aquí se considera que las latas y las bolsas en cajas son las que tienen más posibilidades de aceptación, seguidas de las botellas de PET, los barriles para establecimientos de restauración y las botellas de papel.
El grupo de "rezagados" del estudio incluye a Alemania, Austria y Suiza, Países Bajos e Italia. Aquí, la disposición de los minoristas es inferior al 55%. Sobre todo en los países de habla alemana, la mayoría de los minoristas se aferra claramente a las botellas de vidrio. Debido a la escasa demanda de alternativas a la botella por parte de los minoristas, a los productores, a menudo más pequeños, les resulta más difícil conseguir cantidades económicamente suficientes de alternativas al vidrio. Además, debido a los sistemas de envasado existentes, están estrechamente vinculados a la forma de las botellas y su flexibilidad es limitada. Lo más fácil para ellos sería encontrar alternativas compatibles con sus sistemas de llenado.
Según la encuesta, el factor de éxito más importante es la comunicación intensiva con los consumidores. Esto sólo es posible si los propios minoristas están convencidos de las perspectivas de éxito de las alternativas a las botellas de vidrio. Los productores sólo invertirán en nuevas plantas de embotellado si existe una demanda correspondientemente alta y compromisos de compra por parte de los minoristas.
Los expertos calculan que la energía necesaria para la producción y el transporte de botellas de vidrio representa hasta el 40% de la huella de CO2 del vino.
(al / Fuente: ProWein Business Report)