Las vides de la región productora francesa de Cahors han vuelto a sufrir graves daños por las fuertes heladas nocturnas. Según informa Pascal Verhaeghe, responsable de la promoción regional del vino, durante la noche del 5 al 6 de mayo se registraron temperaturas de entre -4 y -6 grados. Unas 3.500 hectáreas de viñedos se vieron afectadas. Entre el 60% y el 70% de la cosecha prevista había sido destruida. En abril, las tormentas de granizo ya habían destruido 300 hectáreas de viñedos. Se trata de la tercera pérdida de cosecha en seis años, se quejó. Durante las últimas heladas de la primavera del año pasado, se destruyó alrededor del 80% de las uvas.
(uka / Foto: VinParleur / Wikipedia)