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El coleccionista y comerciante de rarezas del vino Hardy Rodenstock falleció el 19 de mayo tras una grave enfermedad a la edad de 76 años. El Sr. Rodenstock, antiguo mánager de artistas y editor de música -su verdadero nombre era Meinhard Görke- estaba considerado como una de las personas más deslumbrantes del panorama vinícola. Se hizo famoso por sus catas de rarezas, por ejemplo en el lujoso hotel Arlberg Hospiz de St. Anton o en 1998 en el hotel Königshof de Múnich, donde inauguró 125 cosechas de Château d'Yquem. Estas catas atrajeron a amantes y coleccionistas del vino de todo el mundo.

La mayor respuesta mundial la generó en 1985 con las cerca de 30 botellas de Lafitte de 1787 (Château Lafite-Rothschild), Yquem y Branne-Mouton (posteriormente Mouton Rothschild) con las iniciales grabadas "Th. J.", que dijo haber encontrado en una bodega de París. Se supone que representan al presidente estadounidense Thomas Jefferson, que era embajador en París en aquella época. En la subasta de una botella de Lafite con las iniciales en la casa de subastas Christie`s, se alcanzó el precio de 420 000 marcos alemanes. Este fue el precio más alto jamás alcanzado por una botella de vino.

Sin embargo, pronto surgieron dudas sobre la autenticidad de las botellas de Jefferson. El multimillonario estadounidense William I. Koch, uno de sus compradores, intentó durante muchos años emprender acciones legales contra Rodenstock. Pero no pudo demostrar que las cuatro botellas "Th.J." que compró -que resultaron ser falsas- procedían de las existencias de Rodenstock. En la década de 1990, crecieron las dudas sobre la autenticidad de sus antiguos vinos, por ejemplo, sobre las botellas de Pétrus Imperial de los años 20 y 30.

Durante su vida, Rodenstock negó con vehemencia las acusaciones de falsificación. Se han publicado numerosos reportajes en los medios de comunicación, así como varios documentales de televisión sobre él y las botellas Jefferson, y también se vendieron los derechos cinematográficos. En sus últimos años, Hardy Rodenstock vivió en Kitzbühel, donde estaba firmemente entrelazado con la sociedad. Fue enterrado allí el pasado fin de semana.

(uka)

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