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El Ministerio de Agricultura español firmó a mediados de julio un reglamento que crea una nueva categoría de vino espumoso de alta gama. El "Cava de Paraje Calificado" se define por unos requisitos de producción muy estrictos. Detrás de esto está la pretensión de estar entre los mejores del mundo. El "Cava de Paraje Calificado" está por encima de la clasificación de Reserva y Gran Reserva. Las uvas deben proceder de un viñedo clasificado y las cepas deben tener al menos diez años. Además, no se pueden cosechar más de 8.000 kg de uva por hectárea y el rendimiento máximo es de 48 hectolitros por hectárea. El nuevo cava superior se produce exclusivamente como cava de añada, el crianza sobre lías tiene al menos 36 meses, el dulzor residual máximo está en la categoría "Brut".
En el inicio de la nueva clase de espumosos se clasificaron doce Cavas de Paraje diferentes de nueve productores. Entre ellos se encuentran grandes productores como Codorníu y Freixenet y otros más pequeños de primera línea, como Recaredo y Gramona.
En este contexto, la DO informó de un fuerte aumento de la demanda de cava de alta calidad. De los más de 245 millones de botellas vendidas en 2016, alrededor de 30 millones de botellas se destinaron ya a los niveles de calidad Reserva y Gran Reserva. La exportación es actualmente el factor decisivo para el cava: se vendieron 159 millones de botellas en el extranjero, el 46% de ellas a la UE y el 19% a terceros países.
Según las cifras, Alemania es uno de los mercados de venta más importantes para el cava, con unos 28,5 millones de botellas.
(uka)