Los presagios no eran los mejores para esta cosecha. En todas partes oímos noticias sobre las condiciones más difíciles desde hace mucho tiempo. Nuestras expectativas sobre los vinos tampoco eran especialmente altas. Especialmente en el Weinviertel, donde dominan los vinos más bien ligeros y bebibles, era grande el temor de que nos llegaran a tocar sobre todo vinos finos y verdes en la copa. La sorpresa en la cata de los primeros vinos de la DAC Weinviertel de este año fue mayúscula. La gran mayoría de los DAC-Veltliner eran claros, jugosos y fáciles de beber. Incluso los vinos más sencillos eran en su mayoría bebibles y merecían su razonable precio. Entre los crecimientos de mayor calidad -por ejemplo, en la bodega orgánica Weber, en Haindl-Erlacher o en Stadler- este año hubo de nuevo una serie de ejemplos a precios muy razonables, como estamos acostumbrados en el Weinviertel. También hemos podido degustar algunos vinos de primera, especialmente de Pfaffl, Schwarzböck, Oberschil-Rieger y Norbert Bauer.