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¿La garantía cubre los defectos del corcho?
La sustancia química tricloroanisol(TCA), producida por microorganismos como el moho, es la responsable del llamado sabor a corcho. Si el corcho está contaminado con TCA, el vino tapado con él adquiere un olor a moho y/o un sabor amargo. Con el tiempo, el vino se vuelve imbebible.
Este defecto del corcho, es decir, el deterioro sensorial de un vino debido a un corcho dañado, constituye un defecto de calidad que entra dentro de la obligación de garantía. En Alemania, los defectos materiales de este tipo están regulados en el artículo 434 del Código Civil alemán (BGB) y, en tal caso, el vendedor (es decir, el viticultor o el minorista) es responsable en virtud de la garantía.
Nadie puede eludir esto: La exclusión de una garantía por mancha de corcho en las Condiciones Generales de Contratación (CGC) es jurídicamente inválida e incluso puede ser advertida.
La situación legal es clara: en caso de un defecto de corcho, el cliente tiene derecho al cumplimiento posterior (entrega de un vino sin defectos) o puede rescindir el contrato, reducir el precio de compra o exigir una indemnización por sus daños o gastos (regulado en Alemania en el § 437 BGB). Esto significa que un vino con un defecto de corcho puede ser sustituido por una botella nueva o ser reembolsado.
Esta normativa se aplica tanto a los minoristas tradicionales como a los que venden por internet o por correo. Sin embargo, es mucho más difícil para el cliente demostrar el defecto en las ventas en línea y por correo. En una tienda -especialmente en el lugar de residencia del cliente- éste puede devolver un vino defectuoso y el minorista puede ver por sí mismo la mancha de corcho (no desaparece, sino que suele hacerse aún más fuerte con el contacto con el aire ).
En las ventas por internet o por correo, el cliente tendría que devolver el vino defectuoso (es decir, una botella abierta) para poder reclamar. Sin embargo, como esto parece poco práctico, muchos comerciantes de vino en línea ofrecen un acuerdo de buena voluntad por el que sustituirán el vino con manchas de corcho o reembolsarán el precio de compra incluso sin pruebas concretas. Sin embargo, esto sólo se hace en casos individuales, es decir, para botellas individuales. La experiencia ha demostrado que los viticultores también son complacientes a este respecto si el cliente no puede visitarles para devolver un vino defectuoso.
En el sector de la restauración, la garantía también se aplica a los vinos con defectos de corcho, con la ventaja para el cliente de que puede advertir y reclamar el defecto de corcho antes de pagar.
Como ocurre con todos los defectos, cuanto más serenamente (pero con claridad) se comunique un defecto de corcho, más dispuesto estará el minorista, el bodeguero o el restaurador a ser complaciente. Los defectos del corcho pueden repetirse una y otra vez a pesar de los grandes avances de la industria de fabricación, y el vendedor no es responsable de ello.
Por cierto, esta respuesta no constituye asesoramiento jurídico ni sustituye a tal asesoramiento. No obstante, la cuestión de la garantía puede responderse claramente.