El cambio climático está alterando la viticultura en Alemania. Con algunas consecuencias drásticas. El documental "Revolution im Weinberg" (SWR) presenta a tres viticultores que han encontrado su propia respuesta a la pregunta sobre el futuro del vino. Que sea la correcta depende de un aspecto en particular.
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La verdad está en el vino, también cuando se trata del cambio climático. Pocos alimentos ilustran los problemas existentes e inminentes de forma tan drástica como la viticultura. Con consecuencias para casi toda la población. El año pasado, según Statista, el sector facturó en Alemania 3.190 millones de euros, lo que lo convierte en un factor económico que no debe subestimarse. Por no hablar del aspecto cultural. Pero, ¿qué hacer?
El antaño benigno clima del sur y el centro de Alemania ha cambiado el trabajo de los viticultores en los últimos años. Las antiguas ubicaciones punteras ya no producen buenas cosechas. Por ejemplo, en Kaiserstuhl. Esta pequeña cadena montañosa del suroeste de Baden-Württemberg se considera una excelente región de cultivo de Borgoña. Sin embargo: "Aquí hace demasiado calor para la Borgoña clásica", dice el viticultor ecológico Matthias Höfflin (***) en el documental.
En su lugar, ahora es importante pensar más hacia el sur. Merlot, por ejemplo. O buscar grandes altitudes. Donde haya viento, donde un bosque dé sombra, donde sólo haya sol por la mañana. Lugares que apenas eran interesantes en el pasado. Pero Höfflin parece adelantarse a su tiempo. "Apasionado. Auténtico. Orgánico" es la tríada que aparece en la página web de su bodega. Höfflin ya perseguía el último aspecto cuando otros colegas aún le ridiculizaban por ello.
En Rheinhessen, la enóloga Eva Vollmer ha proclamado una "revolución de la vid" con "vinos del futuro". Con variedades de uva que ahorran recursos y son resistentes a los hongos: las Piwis. Junto con la viticultora Hanneke Schönhals, Vollmer inició hace dos años un nuevo movimiento. Sin embargo, el éxito de estas nuevas variedades de uva depende sobre todo de un aspecto: ¿son bien recibidas por los amantes del vino?
Según el documental, sobre todo el público joven está abierto a ellas. Aficionados al vino y sumilleres prueban los vinos en varias rondas y los elogian mucho. De hecho, para todos los vinos que aparecen en este documental.
También tiene muy buena acogida el vino del enólogo Steffen J. Montigny, que se cultiva en el extremo norte. El nombre lo dice todo: "So mookt wi dat" no es sólo una declaración de origen, sino también una respuesta rebelde a todos los escépticos, dice Montigny.
¿Y qué hay de las dudas del público? La viticultura es sólo una parte de un problema gigantesco que hace tiempo que ha avanzado mucho más de lo que a muchos les gustaría admitir. Es de esperar que los viticultores no se rindan, que encuentren soluciones, piensen de forma poco convencional y trabajen de forma constructiva. Matthias Höfflin se limita a señalar que esto llevará tiempo. Al fin y al cabo, todo esto tiene que llegar a los consumidores. Sin embargo, Höfflin añade: "Si no emprendes el viaje, no alcanzarás tu objetivo". Los primeros pasos pueden verse en este documental. Y no son pasos pequeños.