No faltan certificaciones en el sector vitivinícola. ¿Cuáles son las diferencias? ¿Qué esperar? Históricamente, los sellos de calidad han estructurado la oferta de vinos con IGP o DOP. ¿Pero qué más? ¿Ha visto alguna vez en una botella los logotipos de las certificaciones AB, HVE, Vignerons Engagés o Terra Vitis?
El 53% de los compradores de vino franceses se toman la molestia de comprobar si una botella de vino muestra una certificación medioambiental a la hora de realizar una compra, según el barómetro SoWine/Dynata 2022. Se trata incluso de una fuerte tendencia entre los jóvenes de 26 a 35 años, ya que el 63% de los encuestados afirma comprobar este criterio antes de elegir un vino (frente al 49% entre los de 50 a 65 años). Lo mismo ocurre entre los conocedores/expertos del vino (71%), y el 82% entre los grandes compradores de vino por Internet.
Sin contar Terra vitisDemeter, Biodyvin, Ecocert y las etiquetas de vinos veganos. No faltan etiquetas en el mundo del vino. Tanto en Francia como a nivel europeo. ¿Cómo orientarse? ¿Cuáles son las diferencias o los puntos en común entre estas certificaciones? ¿Cómo funcionan?
Veamos primero qué tienen en común estas certificaciones. Todas se basan en especificaciones que evolucionan con el tiempo y son elaboradas por expertos. Además, estas etiquetas son auditadas por un tercero independiente. Por tanto, son enfoques creíbles.
Entonces, ¿en qué se diferencian? Algunas de estas etiquetas son sólo para la viña y el vino (Vignerons Engagés, Terra Vitis o Biodyvin), mientras que otras como AB, Demeter, HVE o "cero residuos de pesticidas" son multiámbito. Tienen temas específicos: las etiquetas IGP o DOP se ocupan del lugar y el origen de los productos. Otras ofrecen un amplio espectro, como HVE (Alto Valor Medioambiental), un sistema público de reconocimiento y valorización medioambiental, o uno más limitado, como Bee Friendly, la etiqueta de los agricultores para la protección de los polinizadores. Entre las que se están desarrollando actualmente están las relacionadas con la agricultura ecológica, la RSE (Responsabilidad Social de las Empresas), como Vignerons Engagés, o el desarrollo sostenible, como Terra Vitis. Cada una tiene sus especificidades, en el viñedo y en la bodega. Veamos algunos ejemplos.
Ya sea con el logotipo "AB" o con el logotipo europeo en forma de hoja, los productos procedentes de la agricultura ecológica son fácilmente identificables para los consumidores. Las etiquetas de agricultura ecológica (Francia o Europa) defienden la no utilización de productos químicos de síntesis ni OMG y el uso exclusivo en bodega de productos enológicos ecológicos certificados. La agricultura ecológica está sujeta a la normativa europea que aplican todos los Estados miembros. Además de esta normativa, algunos productos y actividades se rigen por pliegos de condiciones nacionales.
Además, los requisitos de las prácticas enológicas son muy precisos en AB, con, por ejemplo, un contenido limitado de sulfitos.
Vignerons Engagés se basa en los tres pilares del desarrollo sostenible: medioambiental, social y económico. Esta etiqueta va de la vid a la copa.
Nota: los vinos producidos gracias a esta certificación ofrecen a menudo varias etiquetas. Por ejemplo, para la parte del viñedo, algunos son ecológicos o de conversión ecológica, HVE o biodinámicos. Sin embargo, para enriquecer su reflexión de forma verdaderamente global sobre el viñedo, la bodega así como sobre la parte social y económica, los viticultores que producen estos vinos optan por la etiqueta Vignerons Engagés. De hecho, también les permite replantearse sus prácticas en materia de marketing y gestión de recursos humanos. Nota: una empresa vitivinícola certificada "Vignerons Engagés" está obligada a reducir el uso de productos químicos de síntesis.
La certificación de explotaciones HVE (Alto Valor Medioambiental) se creó en 2012 en Francia para fomentar el compromiso del mayor número posible de explotaciones con la transición agroecológica. La HVE es una certificación voluntaria de las explotaciones, accesible a todos los sectores agrícolas y construida en torno a cuatro temas medioambientales, que en el caso del sector vitivinícola, solo conciernen a la viticultura: la protección de la biodiversidad, la reducción del uso de productos fitosanitarios, la gestión de la fertilización y la gestión de los recursos hídricos.
Además, HVE está diseñado según tres niveles de progresión medioambiental y el nivel 3, o de Alto Valor Medioambiental (HVE), se basa en obligaciones de resultados medidos por indicadores de rendimiento medioambiental. Tras 10 años de existencia, la certificación HVE sufrió una evolución de los criterios para obtener el nivel más alto de certificación a finales de 2022.
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Los viticultores que se comprometen con la certificación Terra Vitis abogan por una viticultura sostenible y responsable, buscando el mejor equilibrio posible entre el respeto al medio ambiente, la sociedad y la sostenibilidad económica de las explotaciones vitícolas. La certificación Terra Vitis se basa en un pliego de condiciones preciso, construido en torno a un enfoque que valora la trazabilidad, la exhaustividad, el razonamiento, el progreso y el intercambio. Actualmente, el pliego de condiciones de Terra Vitis incluye cerca de 80 puntos de control diferentes.
La certificación es anual, lo que significa que cada año se efectúa un nuevo control y que una explotación puede perder su certificación si deja de respetar las exigencias del pliego de condiciones.