Para usted, ¿la nueva ley del vino contiene aspectos que considera positivos?
Christmann: En mi opinión, los amantes del vino tienen básicamente dificultades para orientarse. Yo también siento lo mismo. En mi bodega privada, a veces tengo que escribir los precios de los vinos de mis compañeros en las botellas para saber a qué nivel pertenece un vino con un nombre elegante. Regiones como Borgoña nos han mostrado cómo hacerlo con mayor claridad. Allí, desde la simple Bourgogne hasta los vinos de pueblo y los Grands Crus, ya sabe lo que le espera. En la antigua ley del vino con los niveles de predicado, esto se concebía de la misma manera, hasta que se podían comprar vinos Spätlese por 1,49 euros y por 499 euros. La nueva ley del vino ofrece ciertamente a los consumidores la posibilidad de orientarse.