En el año anterior a la pandemia, el enoturismo en Italia estaba en su punto álgido: según estimaciones del observatorio "Turismo del Vino" de la asociación nacional de ciudades del vino "Città del Vino", alrededor de 15 millones de personas participaron en una cata, en una visita guiada a una bodega o a un viñedo, o en otros eventos, o pernoctaron en bodegas en 2019. En el proceso, generaron un volumen de negocio de 2.650 millones de euros, lo que supone un aumento del seis y el siete por ciento, respectivamente, en comparación con la tendencia de niveles estables de años anteriores.