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El año 2022 podría pasar a la historia como el más caluroso y, sobre todo, el más seco de la historia en el este de Austria. Los manantiales e incluso los lagos también se están secando en los alrededores de Viena. Para los vinos que crecen en la zona de la ciudad, la falta de lluvia, el calor durante el día y la falta de refrigeración por la noche se traducen en una menor acidez. Stefan Fuchs, viticultor y presidente de la asociación de viticultores de Mauer, en el suroeste de la ciudad, declaró en una entrevista televisiva con la ORF: "Si sigue evolucionando así, pronto tendremos aquí condiciones como las de California o el sur de Italia. Los 40 grados centígrados y las noches cálidas pueden producir vinos realmente amplios y aburridos, con 16% de alcohol pero sin frescura ni acidez". Esto cambiaría el estilo de los vinos: "Seguirá habiendo Grüner Veltliner con nosotros, pero puede que no sepa como el Grüner Veltliner que amamos y apreciamos".
Norbert Walter, viticultor ecológico y presidente de la Asociación de Viticultores de Viena, informa de los daños causados por la sequía en el viñedo más conocido de Viena, Nussberg, en el noroeste de la ciudad: "Algunas hojas ya se están cayendo, sólo las uvas siguen aguantando. Los viñedos jóvenes que no puedan ser regados probablemente no sobrevivirán al verano. Muchos viticultores intentan instalar sistemas de riego o utilizan tractores para regar". Sin embargo, según los expertos, no hay peligro de escasez de agua para Viena, ya que el agua potable llega a la ciudad a través de largas tuberías desde los Alpes y ha llovido lo suficiente en las montañas.
La vendimia comenzará antes de lo habitual, a principios de septiembre. Stefan Fuchs explica: "También cosecharemos en las primeras horas de la mañana para poder procesar las uvas más frescas". Ambos viticultores coinciden en que los precios subirán debido al mayor esfuerzo.
(al / Fuente: orf.at; Foto: OEWM WSNA)
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