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Con 143 millones de hectolitros, la producción de vino en Europa en la cosecha de 2023 ha alcanzado su nivel más bajo desde 2017. Según un informe de la Comisión de la UE, se trata de una de las peores cosechas de la historia. La producción es un diez por ciento inferior a la de 2022 y un ocho por ciento inferior a la media quinquenal. El volumen destinado a los llamados "otros usos", que también incluye la destilación de crisis, ascenderá a 33 millones de hectolitros.
Italia y España son los principales responsables de la escasa cosecha, con un descenso del 23% y el 21%, respectivamente. Mientras que en Italia el exceso de lluvias y enfermedades fúngicas como el mildiu redujeron los volúmenes, España sufrió las consecuencias de la sequía. En Portugal, la producción aumentó un once por ciento, y en Francia un ocho por ciento, lo que la convierte de nuevo en el mayor productor de vino del mundo.
Para 2024, el informe prevé que el consumo de vino en la UE descienda un 1,5%, hasta 96 millones de hectolitros, especialmente en el caso de los tintos. Los precios de producción del vino se mantuvieron estables en el segundo semestre de 2023, con ligeros aumentos en Italia y España y descensos en Francia. El volumen de vino exportado fue un 3% inferior en el periodo 2022-2023, debido principalmente a descensos en el Reino Unido y Estados Unidos. Al mismo tiempo, el valor de las exportaciones aumentó un cuatro por ciento, debido principalmente a la inflación. Según la Comisión de la UE, el volumen de exportación aumentará un 11%, hasta 28 millones de hectolitros, en 2024, aunque el valor caerá un 8%. Esto se debe, entre otras cosas, a las fuertes exportaciones a Rusia.
Se prevé que las importaciones a la UE caigan otro 14%, hasta cinco millones de hectolitros. Ello se debe a la menor demanda y a la elevada oferta en la UE. Es probable que las existencias de vino se sitúen por debajo de la media de los últimos cinco años (170 millones de hectolitros) debido a la destilación de crisis.
(al /Fuente: Winenews)