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Según el Instituto Alemán del Vino (DWI), la cosecha de uva en Alemania fue menor de lo previsto. Las últimas estimaciones parten de un rendimiento en todo el país de unos 8,8 millones de hectolitros de mosto de vino. Esto supone un 1% menos que el rendimiento medio de los últimos diez años y un 3% menos que la cosecha del año anterior, que fue de 9,1 millones de hectolitros. La razón de los rendimientos más bajos fue la necesaria selección minuciosa de uvas sanas.
Los rendimientos en las 13 regiones vitícolas son también muy heterogéneos. En las tres mayores regiones vitícolas alemanas, Rheinhessen, Pfalz y Baden, se espera que las cantidades sean aproximadamente las mismas que en los últimos diez años. En Württemberg, los viticultores esperan una pérdida del 5% respecto a la media de los últimos diez años, mientras que los rendimientos en Mosel son un 4% inferiores. En Sajonia, la cosecha de 2023 fue especialmente satisfactoria: Los viticultores cosecharon alrededor de un 23% más que el año anterior. También en la región vitícola de Saale-Unstrut, el volumen de la cosecha supera en un 13% el rendimiento medio decenal. Con un aumento estimado del 9%, los productores de Franconia también se muestran globalmente positivos. La cosecha también fue superior en el Nahe (+8%), en el Rheingau (+6%) y en la Hessische Bergstrasse (+6%).
Según el DWI, gracias al otoño tardío, muy soleado y seco, la calidad es muy prometedora, especialmente para Riesling y Silvaner. Las variedades tintas internacionales también se beneficiaron de la añada, al igual que las uvas para la producción de vinos dulces nobles. La añada estuvo marcada por una sequedad extrema en junio. Según la DWI, las bodegas soportaron bien las fuertes lluvias hasta agosto y la aparición de la mosca del vinagre de cereza. En cambio, las persistentes lluvias de finales de verano hicieron necesaria una vendimia muy rápida. Esto supuso un reto para muchos viticultores, ya que la mayoría de las variedades de uva maduraban casi simultáneamente.
La vendimia se realizó durante el día y también por la noche para que las uvas entraran en la bodega lo más frescas posible en el excepcionalmente cálido mes de septiembre. A finales de septiembre, la vendimia ya había terminado en Rheinhessen, Pfalz y Baden. Algunos viticultores hablaron de la vendimia más rápida que habían vivido nunca.
(ru / DWI)