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Las bodegas ecológicas alemanas tuvieron que hacer frente a condiciones meteorológicas extremas, enfermedades, un angustioso "verano yoyo" y un "otoño turbo" con un gran esfuerzo de selección durante la vendimia de la cosecha 2023 que ya se ha presentado. Así lo informa la asociación de viticultores ecológicos Ecovin. Las vendimias estuvieron por debajo de la media, pero con una cuidadosa selección lograron alcanzar la máxima calidad.
Según Ecovin, las vides de las bodegas ecológicas empezaron el periodo vegetativo con un suministro de agua bastante bueno, aunque en el cálido y húmedo mes de mayo ya hubo infecciones de mildiú velloso (peronospora) en muchas regiones antes de la floración. Con las fuertes lluvias de finales de julio, el oídio (Oidium) y el moho gris (Botrytis) se convirtieron en un reto para muchas bodegas. En algunas regiones de vino tinto, la mosca del vinagre de cereza (KEF) también causó grandes pérdidas desde finales de agosto. Algunas zonas de Baden, Franconia y Rheinhessen también se vieron afectadas por fuertes tormentas de granizo.
La vendimia principal comenzó en casi todas partes a principios de septiembre y, con mucho sol, duró hasta mediados de octubre. Aunque los niveles de azúcar se beneficiaron mucho del soleado septiembre, la podredumbre del vinagre y la botritis se extendieron rápidamente al mismo tiempo. La selección cuidadosa era "obligatoria para todas las bodegas". A menudo, la vendimia tuvo que hacerse de noche o de madrugada para procesar las uvas lo más frescas posible y preservar los aromas.
En cambio, según Ecovin, las variedades de uva resistentes a los hongos "no se dejaban impresionar por los hongos, aguantaban mucho tiempo en la vid y entraban en las bodegas en perfecto estado de madurez".
(uka / Fuente: Ecovin)