A menudo se asocia a Portugal únicamente con el Oporto, Madeira, el Vinho Verde y los vinos rosados baratos... erróneamente. Porque el país, con sus aproximadamente 300 variedades de uva autóctonas, tiene mucho más que ofrecer. La viticultura tiene una tradición centenaria. La región del Duero fue declarada la primera zona vitivinícola protegida y delimitada del mundo en 1756. Al auge le siguieron muchos años de letargo. Los jóvenes viticultores han tomado ahora las riendas e intentan reincorporarse al mundo del vino con calidad. Uno puede esperar agradables sorpresas.
La viticultura tiene una tradición en Portugal que se remonta a más de 2000 años y se remonta a los fenicios. Incluso hoy en día, los métodos especiales de producción de vino dan testimonio de esta valiosa herencia. Por ejemplo, en la mayor provincia del país, el Alentejo, las talhas, grandes ánforas de arcilla, se siguen utilizando tradicionalmente como recipientes de fermentación. En esta tierra de contrastes climáticos y geográficos se conocen aproximadamente 300 variedades de uva autóctonas. Esta combinación hace posible la variedad única de vinos con carácter propio.
Las vides se cultivan en 400 000 hectáreas. Esto corresponde al quinto lugar en una comparación internacional. Sin embargo, sólo se produce una media de 8,5 millones de hectolitros, lo cual es suficiente para ocupar el octavo puesto en la actualidad. Casi el 80% se consume en el país.