En julio de 2009, una tormenta de granizo azotó el viñedo de Erwin Tschermonegg en Glanz, en la Ruta del Vino del Sur de Estiria, y destruyó toda la cosecha en cuestión de minutos. Este fue el desencadenante del estudio intensivo del tema de la protección con redes antigranizo. Tschermonegg, su colega Willi Sattler, de la bodega STK (Steirische Terroir & Klassikweingüter) de Gamlitz, y el Centro de Educación Frutícola y Vitivinícola de Estiria, en Silberberg, cerca de Leibnitz, empezaron a investigar sistemáticamente las ventajas e inconvenientes de las redes antigranizo en los viñedos. El Ing. Reinhold Holler, director de la escuela técnica Silberberg, relata las experiencias de sus ensayos:"En aquella época cubríamos cada dos filas de un acre con redes. Los datos de la serie de pruebas no mostraron diferencias en el análisis del mosto y el vino, aunque las redes reducen la cantidad de luz en un diez por ciento. El perfil aromático fue calificado como significativamente más aromático en una cata de los vinos de prueba para el Sauvignon Blanc, pero no en otra. Tampoco hubo cambios en el perfil aromático de Weissburgunder. Así que la red por sí sola no cambia el vino."